Alejandra Leon
PIZARNIK OSTROV
Cartas
Edici6n de
Andrea Ostrov
Alexandra Pizarnik initio una terapia psicoanah'tica con Leon Ostrov a
los 18 anos. El tratamiento se interrumpio transcurrido poco mas de
un ano, pero el profundo interes de ambos por la filosofi'a y la
literatura derivo en una relation de amistad que se afianza durante
los anos en que Alejandra residio en Francia (1960-1964).
De este periodo data la mayor parte de las cartas reunidas en ste
libro, hasta el momento ineditas. En ellas, la poeta relata su
experiencia de vida parisina, las nuevas relaciones que establece (con
Simone de Beauvoir, Julio Cortazar, Marguerite Duras, Octavio Paz,
Andre Pieyre de Mandiargues, Eduardo Jonquieres), la precariedad
economica de los primeros tiempos, el vinculo ambivalente con su
familia, los desafios, logros y dificultades de su proceso creador, pero
fundamentalmente los profundos terrores y angustias que la
atraviesan en los momentos de depresion mas devastadores. La
confianza depositada en su exanalista y el esfuerzo de este por
sostenerla a pesar de la distancia otorgan a estas cartas una
particularidad que las distingue de muchas de las dirigidas a otros
destinatarios.
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epublibre
Alejandra Pizarnik & Leon Ostrov
Cartas
ePub rl.O
Titivillus 23.04.15
3
Alejandra Pizarnik& Leon Ostrov, 2012
Edicion de: Andrea Ostrov
Diseno de cubierta: Silvina Gribaudo
Editor digital: Titivillus
ePub base rl.2
4
ANIVERSARIO
EPUBLIBRE
"Solo el que sabe cs librc,
y mis librc el que mas sabe...
Solo la cu/fura da libertad.
No pmclamcis la libertad de volar,
sino dad alas;
no la de pensar,
sino dad pensamiento.
La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura ."
EDICION CONMEMORATIVA
WWW.EPUBLIBRE.ORG
5
Introduction
POR ANDREA OSTROV
Entiendo la publication de estas cartas como un acto dejusticia. En primer
lugar, hacia sus autores, que mantuvieron una correspondencia
ininterrumpida durante la estancia de Alejandra en Paris (1960-1964). En
segundo lugar, hacia las cartas mismas que, a mi entender, concentran una
particularidad que las distingue de la correspondencia hasta ahora
publicada de Alejandra Pizamik. Muchas cartas de esta escritora fueron
publicadas en distintos momentos por algunos de sus destinatarios en
revistas y diarios de paises diversos. En 1988, Ivonne Bordelois reunio en
Correspondencia Pizamik una valiosa coleccion de cartas publicadas e
ineditas, organizadas en tomo a los diferentes receptores^; en 2003,
aparece Dos letras^~\ una edition de las cartas que Alejandra dirige al
poeta, narrador, pintor y editor Antonio Beneyto entre el 2 de septiembre
de 1969 y el 12 de septiembre de 1972, intercambio epistolar que surge a
proposito de la voluntad de Beneyto de publicar Nombres y figuras en la
editorial independiente La esquina y que continua con el proyecto de la
antologia£7 deseo de la palabra, en la que Alejandra y Beneyto trabajan
juntos pero que aparecerapostumamente, en 1975.
Leon Ostrov file el primer psicoanalista de Alejandra, quien recurrio a
el cuando tenia apenas 18 anos, a mediados de 1954. La terapia duro poco
mas de un ano. Cuando ella se instalo en Paris, entre 1960 y 1964, entablo
con el una relacion epistolar de la que se han conservado 21 cartas
(excepto tres de ellas, todas datan de este periodo), y lamentablemente solo
cinco de las respuestas de Leon, que actualmente fbrman parte del Archivo
Pizamik de laUniversidad de Princeton.
Si bien la relacion medico-paciente ya habia concluido y habia surgido
una amistad sustentada en el profundo interes de ambos por la literatura y
la filosofia, resulta evidente que Leon Ostrov representaba para Alejandra
una figura patema y contenedora, a quien recurria en los momentos de
angustia y desesperacion mas terribles, cuando surgian los miedos mas
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inmanejables y avasalladores. En estas cartas, la escritora expone con total
crudeza sus estados de animo mas desoladores, cuando la depresion mas
devastadora la invadla. El «personaje alejandrino» se hace a un lado para
dejar olr esa voz «grave y lenta, en laque temblaban todos los miedos»^.
Pero ademas, la lectura cronologicamente ordenada del conjunto permite
reconstruir un relato por demas elocuente de su estancia en Paris, desde las
vacilaciones iniciales, los cambios de domicilio, las nuevas amistades, la
busqueda de trabajo, hasta la relation con la femilia, las posibilidades de
publication y, por supuesto, los pormenores del proceso creador.
En las pocas respuestas conservadas, se hace evidente el esfuerzo de
Ostrov por hacer consistir a ese yo que tantas veces se encuentra a punto
de desmembrarse: de distintas maneras, intenta darle animos, reforzarla en
su autoestima, ayudarla a tomar decisiones, apoyarla en sus esfuerzos,
alentarla en sus proyectos. En terminos de Ivonne Bordelois, « Ostrov fue
una suerte de padre literario para Pizamik, quien le dedico La ultima
inocencia (Poesia Buenos Aires), su segundo libro, en 1956, y uno de los
poemas d eLas aventurasperdidas (Altamar, 1958)»
La amistad continuo despues de su regreso de Europa, en 1964. Y en
alguna ocasion, Alejandra asistio a las comidas literarias que mis padres
solian ofrecer en casa, a donde concurrian tambien Olga Orozco, Enrique
Anderson Imbert, Betina Edelberg, Bernardo Verbitsky, Florencio Escardo,
Boleslao Lewin. Recuerdo haberla visto en una oportunidad, durante ese
inviemo. Yo no habia cumplido aun cinco anos. Me iascinaba poder
presenciar la llegada de los invitados, escuchar las conversaciones,
estudiar los vestidos de las seiioras y robar uno que otro « bocadito». Mis
padres me permitian quedarme despierta hasta el momento de sentarse a la
mesa. En esa oportunidad, desde mi lugar en la punta del sofa, la vi entrar y
atravesar la sala. La imagen permanecio a traves de los anos: nada de
vestidos elegantes sino pullover y pantalones furiosamente rojos. Camino
torpemente y sin hablar para desplomarse en el primer sillon que encontro
libre. A tal punto llamo mi atencion, que a la manana siguiente pregunte a
mi mama «quien era esa seiiora de pantalones colorados». Recuerdo su
respuesta: «jAlejandra!».
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Las cartas robadas
Entiendo la publication de estas cartas como un acto de justicia tambien
por otras razones. Durante inucho tiempo considere —equivocada o no—
que el hecho de que mi padre hubiera sido psicoanalista de Alejandra
constituia un obstaculo para la difiision de su correspondencia. Algo asi
como una etica profesional delegada o heredada —que yo debia garantizar
o salvaguardar— aconsejaba mantener en privado una comunicacion que,
si bien claramente la excedia, habia surgido a partir de una relation
analitica.
Sin embargo, algunos fragmentos de estas cartas comenzaron a circular
«misteriosamente». La fiiente —no autorizada— fue la entrada
correspondiente a Alejandra Pizamik que Ines Malinow escribio en 1980
para la antologia Poesia argentina contemporanea de la Fundacion
Argentina para la Poesia. Malinow conocia a Leon Ostrov desde la
juventud y sabiendo de la existencia de estas cartas solicito consultarlas a
los efectos de escribir un «articulo» sobre Alejandra. Esto no implicaba,
obviamente, consentimiento para publicarlas. Sin embargo, de las siete
paginas de la introduction que Malinow escribe a los poemas de Pizamik
incluidos en dicha antologia, la mitad consiste en transcripciones
fragmentarias y desordenadas de las cartas de Alejandra. Las presenta como
cartas que la poeta envio desde Paris «a un amigo» y que «llegaron a rrri
por mediation de Leon Ostrov» Resulta evidente, para cualquier lector
atento, la ambiguedad que esta frase deja en cuanto al destinatario de la
correspondencia, ya que «por mediation de» no equivale en absoluto a
«dirigidas a» Leon Ostrov.
Pero hay mas: el 30 de noviembre de 1997 Malinow reproduce otros
fragmentos de estas cartas en el Suplemento Literario del diario tucumano
La Gaceta. Esta vez llega aun mas lejos y pretende hacer concreta y
material su apropiacion indebida de estos textos: afirma poseer los
manuscritos de las cartas. Dice: «Por esos azares de la vida, desde hace
anos guardo un original del Primer Diario de Alejandra Pizamik y cartas
que envio a un amigo mio, el cual me las cedio sin ninguna preocupacion.
“Tenelas, son de Alejandra; ahora son tuyas” me dijo. Y fiie asi como
discretamente las almacene entre telas de aranas y silencio [...] y ahora se
me ocurre revelar unas llneas, de gran belleza formal, pues la prosa de
Alejandra acaso, en mis originales, supera sus versos insuperables»
(enfesis mio)^. El mismo ocultarrriento de la identidad del destinatario de
las cartas, ese misterioso y anonimo «amigo» capaz de ceder —
supuestamente— los originales « sin ninguna preocupacion», se reitera en
este parrafo, pero ahora en foncion de hacer creibles unas afirmaciones que,
de otro modo, hubieran resultado inverosimiles.
Pero hay todavia mas: en el ano 2002 Malinow publica Alejandra
secreta, un libro de poemas «inspirados» en las cartas de Alejandra a
Leon Ostrov, sin sello editorial. En el prologo afirma: «de ese material,
entresaque parrafos, pensamientos, circunstancias, y asi nacio este
volumen, pues de inmediato adverti que estas cartas eran, ante todo,
poesia» Lo que aqui no dice es que los hermosos versos que ofrece a la
lectura son mayoritariamente transcripciones textuales de las cartas, donde
por lo general la unica intervention de Malinow consistio en reemplazar el
pronombre de primera persona utilizado por Alejandra por un «ella», y
disponer las frases originales en forma de verso. Baste como ejemplo el
siguiente parrafo « entresacado» de la carta N.° 5:
Leo a Gongora y a los surrealistas y me preocupo por la palabra
—no solo en la frase sino en si, sino y sobre todo en si. Creo haber
hecho un pequeno progreso en los ultimos poemas. Y descubri que
se puede hacer poemas sin tener nada pensado, sin pensar, sin
sentir, sin imaginar, en cualquier instante y a cualquier hora. En
suma,« el poema se hace con palabras...»
que se convierte en el poema « Lee a Gongora»:
Lee a Gongora
y a los surrealistas
y se preocupa por la palabra
no solo en la frase
sino en si,
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sino y sobre todo en si.
Cree haber hecho un pequeno progreso
en los ultimos poemas:
descubrio que sepuede hacer poemas
sin tener nada pensado,
sin pensar,
sin sentir,
sin imaginar,
en cualquier instante
y a cualquier hora.
Dice: « el poema se hace con palabras».
El sistematico cambio pronominal de la primera a la tercera persona
completa la consumacion del acto de apropiacion, puesto que en realidad
en estos poemas Malinow no habla de Alejandra sino que, claramente, es
Alejandra misma la autora de los textos. Pero claro, ^quien podria darse
cuenta si se trataba de un material inedito en su mayor parte? Por esta
razon, el 10 de agosto de 2002 publique en el suplemento «Cultura y
Nacion» del diario Clarln una «resena» sobre Alejandra secreta de Ines
Malinow en la que me encargue de hacer explicito el «procedimiento» —si
se me pemrite la ironia— a partir del cual la autora de ese libro « escribio»
estos poemas.
Cuerpo presente
El conjunto de las cartas que Alejandra Pizamik envia a Leon Ostrov
conforman, por un lado, una narracion cuidadosa y pormenorizada de su
vida en Paris: la descripcion de sus sucesivas viviendas; de su vida
bohemia y desordenada; la alusion a la ambiValencia respecto de su trabajo
rutinario en la revista Cuadernos del Congreso para la Libertad de la
Cultura que le permite sobrevivir y permanecer en esa ciudad; la referenda
a las nuevas amistades literarias; la reflexion sobre el sufrimiento que le
ocasionaron algunas de sus antiguas relaciones; la conciencia de sus
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amores imposibles y del dificil vinculo con su iamilia; la irrupcion de los
problemas de salud y malestares fisicos; el relato de situaciones puntuales
—como el encuentro con Simone de Beauvoir o con la bailarina amiga de
Cesar Vallejo— ofrecen un cuadro nitido de los primeros anos de su etapa
parisina. En estas cartas, la escritora no escatima detalles en la
configuration de un relato de lo vivido que, de algun modo, contrarresta
esa « voz publica» que sabia instalar—como senala acertadamente Patricia
Venti—en otros intercambios epistolares en los que «raras veces [...] hace
referenda a hechos personales destacados y en general se mantiene distante
con las personas ajenas a su entomo, pero en ciertos casos permite que la
voz extrovertida, abierta y comunicativa relate su quehacer literario»
Sin embargo, la extroversion de su voz va mucho mas alia, en este caso,
de sus preocupaciones literarias: no solo estan presentes las reflexiones,
alegrias, dificultades y angustias vinculadas con el ejercicio de la escritura
y las impresiones y comentarios sobre sucesivas lecturas. En estas cartas se
dibujan ademas lugares, mementos, situaciones, personas, objetos,
recorridos, habitos, paisajes y rituales de la vida cotidiana, de manera tal
que los textos presentan un fuerte anclaje carnal, corporeo: aqui hay
«camadura», hay un cuerpo doliente o gozoso, pero indefectiblemente
presente, aun en las manifestaciones mas elevadas del pensamiento
abstracto. Se impone, en todo momento, la densidad de una presencia fisica,
un cuerpo como sede de la experiencia, inmerso en el espacio-tiempo, un
cuerpo « en situacion»:
Son las ocho y el autobus bordea el Sena y hay niebla en el rio y
el sol en los vitrales de Notre-Dame, y ver a la manana, camino a la
oficina, una vision tan maravillosa, y aun la lluvia, y aun este cielo
de otono absolutamente gris —tan de acuerdo con lo que siento—
este cielo que amo mucho mas que el sol, pues en verdad no amo el
sol, en verdad amo esta lluvia, esta tristeza en lo de afiiera (Carta N.°
9).
O:
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Ando bastante mal de salud. Renuncie absolutamente al cafe, al
alcohol y casi al tabaco. Tengo vertigos y desiallecimientos. No se
si es fisico, metafisico o patafisico. Pero tengo una fatiga
inenarrable. A los 25 anos puedo decir: «Cansada de la edad...».
^Es esto la adultez que llega definitivamente? (CartaN.° 16).
Una sola lengua poetica
En estas cartas se reconocen muchas de las obsesiones, preocupaciones,
angustias y temores que durante toda su vida atormentaron sin tregua a la
poeta. Sin embargo, tal vez a causa de la relation terapeutica que habia
mantenido anos atras con su destinatario, creo advertir una intensidad
especial, un desnudamiento absoluto, un esfiierzo extremo y agotador a
veces («esta carta me exige un es&erzo enorme»; «le escribo con grandes
esfuerzos» [Carta N.° 3]) por comunicar sus estados, confesar sus terrores,
reflexionar sobre sus limitaciones, que distingue a estas cartas de muchas
de las que fueron ya publicadas. Aqui no prevalece, por ejemplo, la
brevedad de los intercambios mas «puntuales» vinculados con el envio o
reception de algun libro o articulo; tampoco las necesarias
especificaciones relacionadas con algun proyecto de publication, ni el
tono humoristico ni los malabarismos linguisticos inialtables en las cartas
a los amigos mas cercanos, principalmente en los ultimos anos. Predomina
en cambio una modulation intima, confesional, introspectiva, por
mementos muy proxima al «tono» de muchas de las entradas de su Diario.
El siguiente parrafb de la Carta N.° 3, por ejemplo:
Estoy tocando fondo en mi demencia. Las alucinaciones se
multiplican, ahora con miedo [...]. Estoy luchando cuerpo a cuerpo
con mi silencio, con mi desierto, con mi memoria pulverizada, con mi
conciencia estragada
fecilmente establece un eco con este fragmento de la entrada del Diario
correspondiente al 28 de julio de 1955:
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Cada vez me atormenta mas la incapacidad de hilar un
pensamiento. Mi actividad mental consta de un suceder de imagenes
vertiginoso, recuerdos desordenados, palabras que se van en cuanto
trato de apresarlas^.
Del mismo modo, el siguiente fragmento de la carta N.° 4:
Pero aqui me asalta y me invade nuchas veces la evidencia de mi
enfermedad, de rrri herida. Una noche fue tan fiierte mi temor a
enloquecer, fiie tan terrible, que me arrodille y rece y pedi que no me
exilaran de este mundo que odio, que no me cegaran a lo que no
quiero ver, que no me lleven adonde siempre quise ir
conforma un explicito contrapunto con la entrada del 4 de junio de 1960,
ya no solo en cuanto al sentimiento que se busca expresar. Hay ademas, un
cierto ritmo, una determinada puntuacion, una particular estructura frastica
que se corresponden:
Dios mio, [...] que no me enajene en la demencia, que no vaya
adonde quiero ir desde que naci, que no me sumerja en el abismo
amado, que no muera de este mundo que odio, que no cierre los ojos
a lo que execro, que no deje de habitar en lo horrible ( Diarios , 166).
Pero tambien, y mas fundamentalmente, resulta posible encontrar
puentes y remisiones entre el texto de estas cartas y la escritura poetica de
Pizamik, la escritura literaria propiamente dicha. Se repiten topicos,
motivos, frases. El siguiente fragmento correspondiente a la Carta N.° 15
Como hacer, despues, para despenarse en la hoja en bianco y
pelear con las palabras. Me pregunto quien me da fiierzas, quien me
hunde en el silencio iantasma de las palabras
se reformula en un poema apartir de la elimination del verbum dicendi :
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Quien me perdio
En el silencio fantasma de las palabras^ 0 ^.
La misma transformation ocurre entre «solo puedo decir lo que ve
alguien que mira el mundo desde debajo de una alcantarilla» (Carta N.° 13)
y
Una mirada desde la alcantarilla
puede ser una vision del mundo (.Poesia Completa, 125).
De igual manera, la frase «Pero £ quien hablara del amor? No yo. Yo
amo» de la Carta N.° 12 se reescribe en su version «poetica» sustituyendo
el verbo « hablar» por « cantar»:
l Quien cantara al amor?
No yo.
Yo amo (Poesia Completa , 318).
Pero aun mas alia de estas consonancias, tanto la recurrencia de
algunos elementos distintivos —espejos, silencio, voz, sol, viento, exilio,
busqueda, miedo, infancia, sangre— como el minucioso trabajo con el ritmo
y la sintaxis de la prosa permiten reconocer en este conjunto epistolar la
inconfundible impronta poetica de la escritura alejandrina. Basten algunos
ejemplos:
Yo, de mi parte, habito con frenesi la luna (Carta N.° 4).
Ese silencio como unamano de terciopelo (CartaN.° 5).
El cielo fue bianco este mes, file una ausencia, foe mi amor este
cielo: era una tregua, un puente entre dos mundos (Carta N.° 8).
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Una noche se romperan los espejos, arderan las que fiii y cuando
despierte sere la heredera de mi cadaver (Carta N.° 11).
Que hare cuando me sumerja en mis mundos fantasticos y no
pueda ascender. Porque alguna vez va a tener que suceder. Me ire y
no sabre volver. Es mas, no sabre, siquiera, que hay un «saber
volver». Ni lo querre, acaso (Carta N.° 3).
Resulta evidente, a partir de lo dicho, que nos encontramos ante una
escritura que atraviesa las demarcaciones genericas —carta, diario, poesia,
prosa poetica— y que se re-escribe, se re-toca una y otra vez, en diferentes
registros, en sucesivas exploraciones, en continuos reconocimientos, en
permanentes busquedas. Un texto unico, proteico, errante, nomada, que
jamas se detiene, que sin cesar se rehace, se re-construye en un combate
infinito con el lenguaje^ Se trata, en definitiva, de una sola exploracion
poetica que atraviesa los limites entre la escritura publica —o publicada—
de lapoetay sus papeles «privados» (cartas, diario):
Si hay algo en lo que creo es en este diario: hablo de su calidad
literaria, de su lenguaje. Es infinitamente mejor que todos mis
poemas (CartaN.° 15).
Pero yo sigo escribiendo mi diario que ya deja de serlo pues es
casi un largo y absurdo poema en prosa (Carta N.° 18).
En efecto, Alejandra misma publico fragmentos de su Diario en el
numero 7 de la revista colombiana A/rio de 1962 y mas aun, planeaba junto
a Jorge Gaitan Duran —fimdador y director de esta revista— una edicion
de su Diario «completo» que se frustro a causa de la muerte de este ultimo
en un accidente aereo, al regresar de Paris, el 22 de junio de ese nismo ano.
Posteriormente aparecieron fragmentos del Diario en el numero 11-12-13
d e Poesia=Poesia (1962) y en Les Lettres Nouvelles (1964). Pero ademas,
a la vuelta de Paris ella misma resumio y reescribio —como afinna Ana
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Becciu— las entradas correspondientes al periodo en que residio en
Francia (1960-1964) a los efectos de una posible publication^*^.
Poesia encarnada
La busqueda estetica de Pizamik se presenta como necesaria e ineludible,
de manera tal que conlleva un compromiso absoluto («Deseos de
escriturarme, de hacer letra impresa de ini vida» [Diarios, 218]). Asl, el
acto creador y la posibilidad de supervivencia constituyen una identidad
que la escritora hace explicita insistentemente:
Necesito hacer bellas mis fantasias, mis visiones. De lo
contrario no podre vivir. Tengo que transformar, tengo que hacer
visiones iluminadas de mis miserias y de mis imposibilidades (Carta
N.° 5).
Pero hay un juego a muerte. Tengo que hacer poemas bellos y
tengo que poblarde voces mi silencio (Carta N.° 11).
^Posibilidades de vivir? Si, hay una. Es una hoja en bianco, es
despenarme sobre el papel, es salir fuera de mi misma y viajar en una
hoja en bianco {Diarios, 95).
Por consiguiente, la apuesta a la salvation a traves de la escritura anula
necesariamente las delimitaciones genericas y atraviesa las fronteras entre
el texto publico y el privado. Se trata de una sola busqueda, estetica e
identitaria, poetica y vital, linguistica y emotiva al mismo tiempo:
transformar el horror, escapar de la locura, exorcizar el silencio. Se escribe
para no morir, para no enloquecer. Escribir es, en definitiva, el espejo —y
los textos de Alejandra desbordan de espejos— en el que se encuentra un
reflejo de la propia existencia.
El acto creador como condition de posibilidad de la supervivencia se
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traduce en una estrecha implicacion entre la escritura, el poema, el texto y el
propio cuerpo, que la escritora enuncia de manera expllcita:
Ojala pudiera vivir solamente en extasis, haciendo el cuerpo del
poema con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis dias y con mis
semanas, infimdiendole al poema mi soplo a medida que cada letra
de cadapalabrahayasido sacrificadaen las ceremonias del vivir^^.
En la entrada del 23 de mayo de 1962 escribe en su Diario:
Inquieta y preocupada por la forma de la poesia sabiendo sin
embargo que no es eso lo que me inquieta y preocupa ( Diarios,
219).
Esa busqueda de la forma, esa lucha con el lenguaje a la que nos
referimos mas arriba, se reduplica de alguna manera en la «lucha» que
Alejandra mantuvo con su propio cuerpo durante toda su vida: el asma,
cierta tartamudez, el acne y una leve escoliosis le producian una constante
«incomodidad con [su] cuerpo» (. Diarios , 223). «Una mujer tiene que ser
hermosa. Y yo soy fea. Esto me duele mas de lo que yo creo» ( Diarios,
141). Los kilos de mas le pesaban particularmente, razon por la cual desde
muy joven sesometio aun «perpetuo regimen alimenticio» {Diarios, 266)
y comenzo a tomar anfetaminas para bajar de peso, en busca de esa forma
ideal: «Es un circulo vicioso. Para no comer necesito estar contenta. No
puedo estar contenta si estoy gorda» {Diarios, 141).
La constante preocupacion por el «estilo» de escritura se traduce de
alguna manera en el afan de lograr un cuerpo armonioso. En la Carta N.° 19
constata por fin:
Mi unica metamorfosis (notable segun mis amigos) es hasta
ahora fisica, corporal. Mi cuerpo se ha estilizado, cambiado muy
favorablemente y, lo que es asombroso, mis manos no son las de
antes: su delicadeza actual me da miedo.
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Paralelamente, Alejandra hace constantes referencias a los malestares
fisicos que la aquejan, producto de los «excesos» de toda indole a los que
se somete: el alcohol, la comida, las drogas, los cigarrillos, el sexo, el
insomnio y aun la velocidad —si atendemos a la carrera desenfrenada en
motocicleta que relata en la Carta N.° 19 y en la entrada del diario del 4 de
septiembre de 1962— fbrman parte de la misma busqueda etica, estetica y
vital. Para hacer «el cuerpo del poema con [el] cuerpo» es necesario hacer
de este la sede de una experiencia de lo revulsivo, lo caotico y perturbador
de modo tal que el «extasis» irrunpa bajo las formas mas extremas del
placer y el dolor.
La angustiosa conciencia de los limites del lenguaje («no es eso, no es
eso lo que quisiste decir» [Carta N.° 9]; « que exasperation ante la pobreza
de mi lenguaje» [Carta N.° 10]) instaura la imperiosa necesidad de
traspasar las fronteras del codigo, de explorar el caos que surge mas alia de
la sintaxis y la gramatica. Sin embargo, la aproximacion a esa zona de
derrumbe no constituye un ejercicio meramente intelectual ni una
especulacion abstracta y anemica. Por el contrario, se trata de una
experiencia de escritura que no sera verdadera si «parece la de un espiritu.
[Si] no hay sangre en ella. [Si] no encama en actos, en sucesos, en nombres
propios» (Carta N.° 3). Por consiguiente, la conmocion del lenguaje, la
desterritorializacion de la lengua —necesaria para un acercamiento a la
poesia absoluta— tiene anclaje en una desorganizacion del propio cuerpo
que posibilite la suspension de los esquemas racionales, foncionales y
jerarquizantes y habilite en cambio una continua circulation de
intensidades: «Vida de tu sombra, ^que quieres? Un transcurrir de fiesta
delirante, un lenguaje sin limites, un naufragio en tus propias aguas»
{Poesia Completa, 251). «Me estoy destruyendo con cigarrillos y comida.
Mi cuerpo no soporta mas. Ataque de ayer. Asfixia. Es el precio que pago
por haber vendido mi vidaal demonio de los ensuenos» {Diarios, 163).
En tal sentido, no solo los excesos baquicos y eroticos, tambien la
experiencia del miedo y de la angustia mas extremes, el agotamiento
excesivo, el dolor fisico agudo, el insomnio, las alucinaciones, la vivencia
de la propia fragmentation, la amenaza de la locura constituyen diferentes
modos de production de intensidades que ponen en primer piano la
dimension material de un cuerpo en dispersion:
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tengo mucho miedo y no obstante estoy maravillada, iascinada
por lo extrano y lo inextricable de todo lo que soy, de todas las que
soy y las que me hacen y deshacen (Carta N.° 10).
Anduve enferma: el corazon, la tension, etc. Resultado: debo
llevar una vida controlada y ordenada sin instantes paradisiacos
proporcionados por el alcohol y ciertas pastillas que me hacian feliz
(es una historia larga) (Carta N.° 13).
Cada dia me siento mas cansada, mas enferma (nada mas que
vertigos y fetiga). [...] En fin, estoy cansada y sufro de insomnio
(Carta N.° 14).
Sin embargo, en esa misma intensidad que la atraviesa reside la unica
garantia de consistencia: « En medio de mi terror estaba el pequeno miedo a
perder la intensidad de mi sufrimiento. Si mi angustia me deja, pense, estoy
perdida» reconoce en su Diario el 26 de mayo de 1961 ( Diarios , 207). Y
en la Carta N.° 11 dice: «Pero tambien tengo temor de no trabajar todo el
dia, de no dolerme horriblemente el cuerpo, de no desvanecerme casi en
tareas cuyo fin es “ ganarse la vida”».
Ahora bien, si la lengua poetica supone una desterritorializacion del
lenguaje, la poesia como experiencia vital y corporal implica una
desterritorializacion del propio cuerpo que culmina, evidentemente, en la
muerte: «Grietas y agujeros en mi persona escapada de un incendio.
Escribir es buscar en el tumulto de los quemados el hueso del brazo que
corresponda al hueso delapiema» (Poesia Completa, 251). De este modo,
si la poesia representa por un lado la posibilidad de salvation para la
poeta, sera tambien y al mismo tiempo la piedra de su propio sacrificio:
«Se, de una manera visionaria, que morire de poesia. [...] Tal vez ya sienta
los sintomas iniciales: dolor en donde se respira, sensation de estar
perdiendo mucha sangre por alguna herida que no ubico» afirma en su
Diario el 11 de agosto de 1962 {Diarios, 260). Y, en un texto de 1969:
«Me atengo al poema. El poema me lleva a los confines, lejos de las casas
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de los vivos, i Y por donde andare cuando me vaya y no vuelva?» (Poesia
Completa, 360).
En fiincion de esto, me interesa detenerme en la frase « Y hablando de mi
vocation de objeto sigo dandome en holocausto a la sombra de la Madre»
(Carta N.° 12), mediante la cual la poeta intenta referirse a cierta manera
suya de posicionarse ante las relaciones humanas. Sin embargo, parece
inevitable pensaraca en una sustitucion metaforicay leer ademas «Poesia»
donde dice «Madre». ^Que otro holocausto si no, determino la vida—y la
muerte— de Alejandra?
Ganarse la vida
Los interrogantes, inquietudes, inseguridades, vacilaciones y terrores que
atormentan a la poeta se encuentran ampliamente desplegados en estas
cartas. Sin embargo —sin pretender desconocer ni minimizarsu conflictiva
personal— constituyen ademas una cruda y explicita puesta en escena de la
problematica insertion del artista en la sociedad de consumo. En efecto, la
election de una forma de vida entregada del modo mas absoluto a la
creation estetica resulta a las claras incompatible con lo que socialmente se
considera «una vida adulta y saludable». Si los parametros de
«normalidad» identitaria prescriben una garantia de estabilidad —laboral,
economica, afectiva, iamiliar, sexual, domiciliaria— el despliegue de una
subjetividad artistica suele requerir condiciones de posibilidad muy
distintas a las establecidas por los dispositivos culturales de «fijacion».
La exigencia social de « ganarse la vida» (representada en este caso por la
necesidad de conseguir un empleo con el cual mantenerse) se convierte en
un mandato absurdo y alienante para quien pretende no solo escribir
poemas sino hacer poesia con la propia vida:
no deja de parecerme irrisorio y sorprendente donar siete horas
de mi dia, donarlas asi, sabiendo que la muerte existe, y muchas
cosas hermosas existen, y muchas cosas terribles, y trabajar asi,
como si no pasara nada, como si uno no viniera a la tierra por un
20
tiempo breve (Carta N.° 7).
Pero me gustaria no enajenar mi tiempo en un trabajo
prolongado —lo que probablemente tendre que hacer. Pero quiero
mi tiempo para mi, para perderlo, para hacer lo de siempre: nada
(CartaN.°4).
En efecto, ^como conciliar la Poesia con las leyes de mercado que rigen
la economia capitalista? ^Como sostener esa «nada» frente a los
imperatives de utilidad y productividad que rigen nuestros cuerpos?
^Como salvar «el abismo que existe entre la poesia y la vida»? (Carta N.°
4). Por consiguiente, los reproches sistematicamente autoinfligidos que la
autora expresa en estas cartas —ialta de orden, de metodo, de capacidad de
trabajo, de constancia, de tenacidad, de voluntad, de eficiencia— revelan
no tanto incapacidades o «defectos» personales sino una radical
incompatibilidad entre los procesos intemos de la creacion artistica y la
organizacion eficiente del tiempo «productivo» regulado por estructuras
extemas: « Y me pregunto que hacer con mis lecturas desordenadas, con mi
imposibilidad de hacer tantas cosas que me propongo» (Carta N.° 9).
En funcion de esto, creo necesario senalar que el topico del exilio —tan
recurrente (y mas aun, estructurante) en la escritura de Pizamik— no solo
debe ser entendido como expresion de una determinada construccion
subjetiva o como metafora de la condicion existencial del ser humano sino
tambien como alusion al lugar marginal del arte y del artista en la cultura
de masas. Alejandra no solo habla del exilio como imposibilidad de
relacion con los otros o con el mundo exterior:
en verdad estoy sola pues ninguno me es imprescindible y
hablo y saludo y realizo mi comedia social para no perder todo
contacto humano. Pero tal vez es ya tarde para reanudar las
relaciones simples y iaciles, el placer de conversar, de estrechar
manos (Carta N.° 12).
El exilio atane ademas a su condicion misma de poeta en la medida en
21
que se vincula con el lenguaje: « Yo no se hablar como todos. Mis palabras
suenan extranas y vienen de lejos, de donde no es, de los encuentros con
nadie» dice en la Carta N.° 6. Y analogamente:
El lenguaje me es ajeno. Esta es mi enfermedad. Una confiisa y
disimulada aiasia. [...] Todo tiene nombre pero el nombre no
coincide con la cosa a la que me refiero. El lenguaje es un desafio
para mi, un muro, algo que me expulsa, que me deja afiiera ( Diarios ,
286).
La pregunta constante entonces, que se reitera una y otra vez en estas
cartas es «£como vivir?». ^Como reunir en un mismo cuerpo vida y poesia
sin que ese cuerpo resienta los efectos de las elecciones extremas? ^Como
sobrevivir a la experiencia del caos, la fragmentation, la pulverization de si
misma? ^Como sobreponerse al silencio que sobreviene al renunciar a la
hospitalidad de la lengua cotidiana para despenarse por los desfiladeros de
la palabra nueva y desconocida? ^Como permanecer en el exilio
definitivo? Vida y muerte; orden y caos; dia y noche; trabajo y poesia;
descanso e insomnio; salud y demencia son solo algunas de las tensiones
enloquecedoras que atravesaron la vida de quien opto siempre por «ir nada
mas que hasta el fbndo» {Poesia Completa, 453), tal como quedo escrito
en su pizarron de trabajo el dia de su muerte.
Criterios de esta edicion
Las cartas de ambos autores han sido dispuestas en orden cronologico e
intercaladas de modo de reconstruir hasta donde fiie posible el dialogo
entre los corresponsales. Se trata de veintiuna cartas de Pizamik y cinco de
Ostrov. Todas ellas fiieron transcriptas sin modification alguna, con
exception de algunos errores ortograficos o tipograficos que no crei
necesario reproducir puesto que la presente edicion incluye facsimiles de
los original es.
Como es sabido, pocas veces Alejandra consignaba la fecha de sus
22
cartas. Sin embargo, fue posible recuperar el orden cronologico de las
mismas no solo a partir de la fecha de los matasellos sino tambien en
fimcion del contenido. Apesar de los intervalos a veces muy prolongados
entre una carta y otra la secuencia va configurando un verdadero relato
«por entregas» de la vida parisina de la escritora. Las respuestas de
Ostrov conservadas, pocas lamentablemente pero consecutivas, permiten
reconstruir integramente al menos la primera etapa del dialogo atento que
tuvo lugar entre ambos.
Una ultima aclaracion: dos parrafbs correspondientes a la Carta N.° 4 y
otros dos extraidos de la Carta N.° 19 aparecen en Correspondencia
Pizarnik de Ivonne Bordelois como « Cartas a Antonio Beneyto». Ivonne
aclara que se trata de fragmentos extraidos de un articulo que Beneyto
publica en el N.° 36 de la revista Quimera, «Alejandra Pizarnik.
Ocultandose en el lenguaje», en 1983. Sin embargo, en dicho articulo
Beneyto habla de « cartas de la epoca en que [Alejandra] vivio en Paris»
sin aclarar en ningun momento quien era su destinatario ni de que fiiente
toma los textos. Su verdadero destinatario no es Beneyto sino Leon
Ostrov. Precisamente, Ivonne misma reconoce que en esos fragmentos «se
escucha el mismo tipo de terror que caracteriza la correspondencia con
Ostrov» ( Correspondencia Pizarnik, 56-57). Ademas, la relation
epistolar que entablan Pizarnik y Beneyto surge recien en 1969, con
motivo de la voluntad de este ultimo de publicar Nombres y figuras en la
editorial La Esquina, de modo tal que aun no se conocian en la epoca en
que Alejandra estuvo en Paris.
Por ultimo, agradezco a Nora Catelli, quien me lacilito copias de las
cartas de Leon Ostrov conservadas en el Archivo Pizarnik en la
Universidad de Princeton. A Susana Chavez-Silverman, que me envio el
articulo de Antonio Beneyto arriba mencionado. AGabriela Finkielsztein,
que me ayudo a tipear varias de estas cartas. Y a Carlos Damaso Martinez,
por su incondicional apoyo y sus valiosas sugerencias para la edition de
este libro.
23
Recuerdo de Alejandra^ 14 ]
POR LEONOSTROV
Hace veinticinco anos —fue a mediados del 57— una mujer me llamo por
telefbno para pedirme una entrevista. Mi primera impresion, cuando la vi,
file la de estar frente a una adolescente entre angelica y estrafalaria. Me
impresionaron sus grandes ojos, transparentes y aterrados, y su voz, grave
y lenta, en la que temblaban todos los miedos. (Me acorde de esa criatura
perdida en el mar de un cuento de Supervielle). El dialogo que entonces
iniciamos, y que duro poco mas de un aiio, continuo despues, ya instalada
en Paris, en cartas que no hacian mas que corroborar lo que desde los
primeros momentos supe: que con Alejandra Pizamik, romantica y
surrealista, pero por encima de todo, ella, Alejandra, inclasificable y unica,
algo importante se incorporaba a nuestras letras.
Alejandra me traia, habitualmente, un poema, paginas de su diario, un
dibujo (habia comenzado a asistir al taller de Batlle Planas). Y ahora lo
puedo decir: no podia sustraerme al goce estetico que su lectura, su vision
suscitaban en mi, y quedaba, en ocasiones, si no olvidada, postergada mi
especifica tarea profesional, como si yo hubiera entrado en el mundo
magico de Alejandra no para exorcizar sus fantasmas sino para compartirlos
y sufrir y deleitarme con ellos, con ella. No estoy seguro de haberla siempre
psicoanalizado; se que siempre Alejandra me poetizaba a ini.
La entrega de Alejandra a la poesia era total, absoluta. Fue lo que le
perafitio resistir—hasta que decidio abandonar la lucha— los embates del
viento feroz. La irrenunciable y heroica tarea de acercarse al caos para
entrever su ley secreta, de atisbar en las tinieblas para ilunfinarlas con el
relampago de la palabra precisa y bella fue la tarea que eligio como
definition de su destino. ( Necesito hacer bellas mis fantasias, mis
visiones. De lo contrario, no podre vivir. Tengo que transformar, tengo
que hacer visiones iluminadas de mis miserias y de mis
imposibilidades... Hoy me aplique varias horas a Gongora... el «sabia»,
se daba cuenta de las palabras, de todas y de cada una).
24
Siempre confie en Alejandra. Mas alia de sus deslallecimientos, de sus
abandonos, de sus renuncias, de sus angustias, de sus muertes —de su
muerte— sabia yo que estaba salvada, irremediablemente, porque la poesla
estaba en ella como una fiierza inconmovible. Y si los poderes oscuros,
algunas veces, parecian ganar terreno, no era mas que el tramite inevitable
para que, despues, lo terrible entrevisto se convirtiera en condicion de
crecimiento y de mayor lucidez. Hasta que Alejandra —hace diez anos—
decidio interrumpir su busqueda. ^Porque habia ya encontrado? ^Porque
sintio que nunca encontraria? ( Simplemente, no soy de este mundo... Yo
habito con frenesi la luna... No tengo miedo de morir; tengo miedo de
esta tierra ajena, agresiva... Nopuedopensar en las cosas concretas; no
me interesan... Yo no se hablar como todos. Mis palabras suenan
extrahas y vienen de lejos, de donde no es, de los encuentros con nadie...
ique hare cuando me sumerja en mis mundos fantasticos y no pueda
ascender? Porque alguna vez va a tener que suceder. Me ire y no sabre
volver. Es mas, no sabre siquiera que hay un «saber volver». Ni lo querre
acaso ).
En una carta le contaba que en mis ultimos dias de Paris, alia por el 55,
habia resuelto llevarme algo de la ciudad —el inexcusable souvenir— y
morosamente le narraba mi aventura. Alejandra, a su vez, me confio que de
tener que llevarse algo, como recuerdo de su estancia en Paris, se llevaria la
fechada de una casa medio derruida que habia visto en un pueblito —
Fontenay-aux-Roses— cuya estacion de ferrocarril esta llena de rosas.
Las ventanas de esa casa eran de color lila, pero de un lila tan magico, tan
como los suehos hermosos, que imaginaba que entraba en ella, y una voz
la recibia: Hace tanto que te esperaba ... Y alii se quedaba —para siempre
— porque ya no tendriaque buscarmas.
25
Cartas de Alejandra Pizarnik
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Carta N.° 1 [15]
Queridisimo Leon Ostrov:
Todavia me contemplo, asombrada de estar viva. Hubiera querido
esperar varios dias y despues escribirle una hennosa y —dentro de lo
posible— poetica carta. Pero ahora no quisiera otra cosa que llorar y
que usted me pregunte por que. La verdad es que aca me muero de
miedo. No se si ello respondera a mi inmensa capacidad de temer o si la
realidad contiene verdaderamente causas que lo desaten. No estamos
en el pueblo sino en un paraje desolado donde no hay mas que
sonidos, ruidos informes que imitan todo lo que fantasea el miedo.
^Nos pueden violar por la noche? Enseguida se encuentran ramas
serviciales que remedan a la perfection ruidos de pasos. (Siempre que
hayan sido las ramas). Es excesivamente solitario este lugar y de
noche es una cosa horrenda que me enmudece de terror. Y siempre la
voz del mar, una voz desgarradora. Mientras escribo contemplo
millares de hormigas que caminan a mis pies. Algunas me escalan. Me
muero de nauseas. En verdad, pronto sonreire, tal vez, de mi estado
actual. (Ahora hay una mosca verde que bebe de mi frente). Pero ahora
estoy muy desamparada, muy angustiada. Aunque me extrane
sobremanera no interesarme por el aspecto de aventura que presenta la
cosa. Anoche crei estar en mi cuarto, sufri mucho al despertar. Ademas
me empezo a molestar la columna vertebral, tal vez porque duermo en el
suelo, no se... Ayer me dije que debo volver —creo que no hay
pasajes hasta fin de mes— y que no me importaria viajar de pie,
necesito estar en mi cuarto, lejos de esta monstruosa naturaleza. He
visto los medanos. Parecen monstruos de un planeta
«Nemedites plus rien: pourvous j’ai tout perdu!» (LeCid)
desconocido. Estoy tan mal que nada me parece valido ya. Creo
que voy a irme. ^,Acaso las demas tienen menos miedo que yo? En
realidad tambien estan asustadas pero no como yo... ^Para que todo
27
esto? Y si me violan, si me asesinan —lo creo probable e imposible a
la vez—; lamento estar aqui, lo lamento mucho. Si me ocurre algo y no
vuelvo mas me gustaria que listed le pidiera mis poemas a mi madre.
(Para mas referencias: estan en la biblioteca, bajo Have). Ayer pense en
usted pero no pude determinar si lo que prefiere es que me quede aqui
y luche con el miedo o que me vaya. Tambien cuando viajaba pense en
usted, pero estaba eufcrica y todo era muy bueno. Recuerdo que estuve
mucho tiempo pensando en Kalka, debido a que el domingo antes de
irme termine de leer un libro que habia empezado meses atras, Cartas a
Milena. Cuando viajaba, impresionada por la lectura, se me ocurrio
que la diferencia entre Kaflca y yo es que el tenia una extraordinaria
libertad de pensamiento y una horrenda inhibition para actuar
mientras que a mi me sucede lo contrario. De cualquier modo me
impresiono mucho, especialmente cuando dice frases como esta: « Y en
verdad es hasta cierto punto una blasfemia construir tanto sobre una
persona». (Acaba de pasar Gregorio Samsa ya metamorfoseado).
jOh perdon por esta monotonia, perdon por esta carta espantosa,
perdon por haberlo conocido, y por haber nacido! Pero ya se arreglara
—siempre que se me pasen los dolores, apenas puedo escribirle— de
cualquier modo todo seguira igual.
(He interrumpido la carta y ahora vuelvo mas calmada). Creo que
seriauna verdadera cobardia volver. Pero al mismo tiempo esteviajees
una temeridad gratuita. Solo me calmare completamente si logro leer
los libros que he traido. Pero la literatura esta lejanisima. (Hay dos
hormigas en mi mano. Esta naturaleza es obra de un demonio
amargado. Pero usted ha intervenido y ellas se han ido
inexplicablemente). Hay un viento atroz, un viento que consume mis
deseos, no puedo meditar ni imaginar nada, he cerrado las puertas de
mi ser y solo queda una receptibilidad ansiosa y desconfiada. ^Iria a
ser algun mal presagio este viento? Tal vez me diga que usted me
olvido y que nada me queda sino este estar aqui, roida por insectos
engendrados por mi culpa. Tal vez ellos busquen redimirse por medio
de mi miedo. ^Y si esta carta fuera nuestra ultima comunicacion? No
tengo miedo de morir, tengo miedo de esta tierra ajena, agresiva, tengo
28
miedo del viento (yo que dije que «hay que salvar al viento» ahora
digo que «hay que salvarme del viento»), tengo miedo de los arboles
salvajes, nacidos porque si y para nada. Ahora comprendo que no es
posible volver a la era en que se hacia fiiego con madera y piedras
(como hacemos nosotros) porque tal vez la naturaleza este agraviada
de nuestra huida y cada uno que retoma a ella se ve objeto de su odio
causado por el desamparo en que la hemos dejado. Hace siglos que me
fui de Bs. As. y hace siglos que lo vi a usted. Y esto ultimo me hace
doler el corazon. ^No puede hacer algo para que el viento se
tranquilice? ^Por que no les dice a los arboles que soy inocente? i Y
al mar que no ruja? ^Y a la noche que no construya complots contra
mi miedo? Estoy segura que sera bondadoso y hara todo lo que le
ruego. Solo que no puedo retribuirle con otra cosa que con mi miedo,
con mi falsedad... y si le interesa con mi total adhesion. Estoy en otro
planeta y nada en el me enamora. Suya,
Alejandra
Martes 9 hs.
29
Carta N.° 2 [16]
Raro no pensar en usted. Raro no disolverse en una angustia
innombrable al pensar que estoy aqui, mas sola que las piedras —aun
ellas son besadas por el mar. Pero no estoy muy extranada. He mirado
al mar, lo alabe a pesar de todo, me enfrente con el sol, y participe
seriamente en el sueno de las arenas.
He preguntado a mi sangre si mi vida tiene posibilidades. Y se me
ha dicho que si. Y la palabra libertad tiene sentido. Esto es lo que
send entre las rocas, junto al mar. He meditado en mi mania de negar la
vida, en ese pesimismo mezquino del que quiero salir. No hay duda: lo
dificil es aceptar la vida. De alii mis aullidos, mis horribles defensas
para execrarla. Pero es solo por comodidad.
Quisiera ahora mas que nunca trascender el miedo iniantil, la
imbecilidad, en suma. Todo es tan incierto y tan fragil que a veces me
considero esa ninita perdida en el mar de la que habla Supervielle en
un cuento. La unica solution es ser valiente. En suma, dejare de
analizarme. No se si mi decision es definitiva, jcomo puede serlo si
todo vuela, si a cada instante mi yo se alimenta de las cenizas de un yo
anterior!
30
Carta N.° 3
[17]
Muy querido Leon Ostrov:
No se que esfiierzo me exige escribirle, es imposible decirlo con
palabras. Hace mucho tiempo que vengo escribiendole cartas y
rompiendolas, diciendome: no, no es eso lo que yo quise decir. Lo
peor es releer al dia siguiente lo que escribo hoy: jamas me puedo
reconocer. Pero ahora estoy sentada en el Cafe de Flore, cerca del
correo y enviare estas Hneas, aun sabiendo que me arrepentire de ellas.
He recibido su carta y la he leldo y releldo. Ella me dio unos deseos
fiiriosos de que mi proxima carta fiiera alegre, un mensaje de paz, de
serenidad, de bienestar. Tout va bien! Y que usted pensara, al leerla:
hizo muy bien en irse a Paris. Pero no es posible aun. Y tal vez jamas
lo sea. Estoy tocando fondo en rrri demencia. Las alucinaciones se
multiplican, ahora con miedo: que hare cuando me sumerja en mis
mundos fentasticos y no pueda ascender. Porque alguna vez va a tener
que suceder. Me ire y no sabre volver. Es mas, no sabre, siquiera, que
hay un « saber volver». Ni lo querre, acaso. Por eso dibujo todos los
dias. Temor de mi desconexion, de mi indiferencia, de mi sonar pasivo.
Estoy enamorada de esta ciudad. Miro, veo, camino. No estoy ociosa.
Pero nunca he tenido una conciencia mas fuerte de mi enfermedad, de
mis imposibilidades.
Esta carta me exige un esfiierzo enorme. Hace tanto tiempo que no
hablo —y para mi hablar es hablar de mi— hace tanto que sonrio, digo
idioteces con mi maldita femilia, o frases ingeniosas con las pocas
personas que encuentro, o mentiras en mi correspondencia con mis
padres. Hace tanto que no digo «yo» y hablo de mis miserias. Y me
hubiera gustado tanto, digo, que mi carta fuera eufcrica y maravillada.
Pero para eso me tendrian que asesinar antes: «no me podran quitar el
dolorido sentir» ... Hice tantas idioteces, he bebido tanto, he gastado
todo mi dinero, y ahora no se que hacer, si bien no me angustia
demasiado. El mes pasado me fiii a vivir a un hotel y despues tuve que
volver chez mon oncle, a causa de carecer de medios. Pero que puede
31
significar el dinero si estoy luchando cuerpo a cuerpo con mi silencio,
con mi desierto, con mi memoria pulverizada, con mi conciencia
estragada. Hasta mi cuerpo presenta signos de la lucha: estoy enferma
porque bebo y bebo cuando estoy enferma. Ademas, descubri que el
chocolate me hace mal por lo cual se me convirtio en una necesidad
semejante a una droga. A veces me hundo en un cine para escapar, por
unas horas, a mis necesidades, mis compulsiones viciosas. Me
pregunto por que no me avergiienzo de decirle estas miserias.
Recibo cartas nostalgicas y llenas de afecto de mi madre: quiere
que vuelva. Yo tambien hasta hace unos dias, queria volver. ^La
causa? Mi entranable correspondencia con Susana, basada
esencialmente en el humor negro. Pero hace ya dos semanas que no me
escribe, lo que me lleva a sentir un odio profimdo por ella. Lo mejor es
que no me importa tanto lo que me escribe sino que me escriba. Que no
me olvide. Esto podria ilustrar un trabajo sobre la psicologia del
cobarde: el que se arruina en sus esfiierzos por retener e impedir lo que
es imposible de retener y lo que vendra de todas maneras. Ademas,
siguiendo con Susana, su silencio me impide querer volver.
Le escribo con grandes esfiierzos. Me siento bastante mal y
probablemente quisiera estar en mi cuartito de Buenos Aires, en mi
cama, con las frazadas cubriendome la cabeza. Tal vez me exijo
demasiado, como si yo fiiera el empresario tiranico de una cantante —
yo— que no quiere cantar. Pero me pregunto finalmente si todo esto
no es bueno. Tal vez me sea fecundo encararme de una vez por todas (y
que irreal es esto: no existe «una vez por todas») con mis delirios.
Esta carta parece la de un espiritu. No hay sangre en ella. No
encama en actos, en sucesos, en nombres propios. Pero se acerca, en
parte, a la verdad. Y la envio antes de releerla y romperla. Hasta muy
pronto. Abrazos para usted y Aglae,
Alejandra
8, av. CHASTENAYE
CHA TENA Y—MALABR Y SEINE
32
Respuesta de Leon Ostrov
Querida Alejandra:
Su carta muestra cuan profunda es en Ud. su nostalgia por su
madre. Lo que me dice de su cuartito de Buenos Aires, de sus frazadas,
y el pasaje inmediato a Susana despues de contarme sobre las cartas
llenas de afecto de su madre, creo que son muestra suficiente. Ahi esta
en gran parte el problema, oscuro, negado, ambivalente, pero intenso y
presente como una herida actual, a pesar de los dias y los anos. Tendra
que encararlo, inevitablemente. ^Por ahora que le puedo decir para
ayudarla? Me dice que no esta ociosa, que mira, que ve, que camina,
que esta enamorada de Paris; todo esto esta bien, ya es algo, pero,
evidentemente, poco, en la medida en que se le interponen, constantes,
sus problemas y melancolias. ^Me estare arrepintiendo de haberla
instado a que haga el viaje? No me resuelvo todavia. Creo —quiero
creer— que, en definitiva, sera fecundo, que en una persona como Ud.,
aun con todas sus dificultades, Paris no puede quedar como al margen,
como mera ciudad interesante. Puede ser que necesite Ud. volver a
Buenos Aires para asimilar la experiencia, para poder incorporarsela y
sentir, recien, ya dentro de Ud., que la aumenta y enriquece.
La imagine escribiendo la carta en el de Flore , a donde yo iba
todas las noches y del cual —no se lo cuente al mozo— conservo un
balde de hielo con la inscription «Cale de Flore», que una tarde, en
un verano, en un rapto preparado con premeditation y alevosia, y que
no quise someter a ninguna consideration moral, me lleve como
« souvenir» de ese Paris del cual no queria separarme.
Escribame Alejandra, sin romper las cartas; dejese llevar por lo
que espontaneamente le surja. No inporta que al rato o al dia
siguiente no se reconozca en lo que escribio. Pese a Ud., Ud. es
siempre Alejandra.
Un abrazo de Aglae, Andrea y mio,
Leon Ostrov
33
Alejandra: ^Puedo pedirle un favor? Si no le resulta gravoso, en
sus paseos, pregunte en las librerias de viejo si es posible
conseguir los siguientes numeros de La Nouvelle Revue Critique:
3-4-5-13-104-108 y 112. Tambien el numero sobre Freud editado
por Le Disque Vert, que creo es del ano 1924. Hagalos reservar
para girarle yo el dinero o que directamente los entreguen a la
libreria Vrin, 6, Place de la Sorbonne, de la que soy viejo cliente,
para que ellos me los manden y girarles el importe.
Una libreria que se ocupa de conseguir libros y revistas agotados
es Strechert-Hafiier, en 16, Rue de Conde, Paris VI.
Muchas gracias
34
Carta N.° 4 [18]
Queridisimo Leon Ostrov:
Gracias por su carta. Jamas he recibido y bebido palabras con tanta
intensidad como las suyas. Justamente la noche anterior me habia
hecho una orgia de autoconmiseracion, de nadie te recuerda y todos te
olvidan. Pero desperte y vi su carta. Entonces el enemigo se corrio.
Lo que sucede es que tengo la maldita mania de comunicar
exclusivamente mis angustias. Cuando estoy bien, cuando el ser canta
y se encanta de estar en este mundo ancho y alto, no se me da por
escribir una carta y decir que tout va bien.
Me fui de nuevo del hogar iamiliar. Estoy en una piecita en la Rue
des Ecoles, que habito gratuitamente aunque no tanto pues debo
pasearme dos horas por dia con una ninita por el Luxemburg o a veces
colaborar en las tareas domesticas —en las que ya soy una experta— y
ademas no salir de noche varias veces por semana cuando madame et
monsieur salen y yo velo por la ninita a la que por otra parte degenero
y pervierto pues le dejo hacer y decir todo lo que le prohiben; ademas
dibujamos juntas. Tiene 2 anos y medio y ya llego al arte abstracto.
«Haz un perro» —le digo. Y hace esto: ^o «haz un caballo» y: \ o
« a papa»: )o « a mama» : w etc. De todos modos me tendre que mudar
pues me dieron la pieza por un mes solamente. Veremos que hare y
como se las arreglara sin un centavo. Me veo con algunos pintores
argentinos: todos angustiados por el dinero. Yo, de mi parte, habito
con frenesi la luna: ^como es posible preocuparse por el dinero? Pero
me gustaria no enajenar mi tiempo en un trabajo prolongado —lo que
probablemente tendre que hacer. Pero quiero mi tiempo para mi, para
perderlo, para hacer lo de siempre: nada.
Estoy tratando de hacer o comenzar a hacer un poco de periodismo
para La Gaceta de Tucuman. Mi tio Armand —no el que me hospeda,
pues tengo 2 tios aqui— conoce a Simone de Beauvoir y le dijo que
yo le puedo hacer un reportaje. Ayer la llame por telefono: fue la
35
sorpresa mas grande de mi vida: marco el numero y me responde una
voz de sirvienta gallega: yo creo haberme equivocado y pregunto de
nuevo por Mme. de Beauvoir. «C’est elle qui parle» —dice la voz a
los gritos. Le murmure mi nombre y le murmure lo del reportaje. Me
respondia a los gritos, una voz tan rara, tan funcional, tan al mismo
tiempo generosa —porque se da tanto a pesar de su fealdad— e
histerica y flexible. Y hacia tanto contraste con mi lentitud, mi
gravedad, mi sentarme sobre cada palabra como si fuera una silla.
Cuando corte —el reportaje^^ se hara tal vez la semana proxima— me
dio un ataque de risa interminable y me fui a jugar con la ninita que se
quedo absolutamente sorprendida de mi euforia, de verme tan animosa
y deseosa de jugar. No deje de pensar en esa voz durante todo el dia,
no se por que la asociaba con el abismo que existe entre la poesia y la
vida, entre un gran poeta que en general vive como un oficinista y un
ser que hace un poema de su vida pero que no puede escribir poemas.
Pense si no habra que elegir: orden, metodo, trabajo fecundo,
existencia mesurada, estudiosa: entonces se escriben grandes poemas
y grandes novelas, o lo otro: un sumergirse en la vida, en el caos de
que esta hecha, en las aventuras « oh la vida de aventuras que cuentan
los libros para ninos ^me la daras a cambio de todo lo que he
sufrido?» (cito y defbrmo de memoria). En suma, ^como vivir?
Lo que me dice del problema con mi madre es mas que cierto. Aqui
en Paris me surgieron recuerdos de cosas viejas, que crei sepultadas
para siempre: rostros, sucesos, etc. Los anote y trate de analizarlos
seriamente. Pero lo que me interesa es haber descubierto que no
conozco el rostro de mi madre (yo, que tengo una memoria excepcional
para los rostros) sino que lo veo en la niebla, esfiimado, como el
negativo de una foto. Conscientemente, no la extrano. No se que
decirle en mis cartas ni tengo ganas de decirle nada. Ella me envia tres
o cuatro frases convencionales y muchos abrazos. Posiblemente no me
importaria no verla nunca. Pero no confio en estas afirmaciones. He
pensado en el analisis. En Buenos Aires lo habia descartado de mis
proyectos. Pero aqui me asalta y me invade muchas veces la evidencia
de mi enfermedad, de mi herida. Una noche fue tan fiierte mi temor a
36
enloquecer, file tan terrible, que me arrodille y rece y pedi que no me
exilaran de este mundo que odio, que no me cegaran a lo que no quiero
ver, que no me lleven adonde siempre quise ir. Pero para hacerme el
psicoanalisis necesito ir a Buenos Aires. Y no se aun si deseo volver
o no. Creo que mis angustias en Paris provenian del brusco cambio de
vida: yo, que soy tan posesiva me veo aqui sin nada: sin una pieza,
sin libros, sin amigos, sin dinero, etc. Mi felicidad mas grande es mirar
cuadros: lo he descubierto. Solo con ellos pierdo conciencia del
tiempo y del espacio y entro en un estado casi de extasis. Me enamore
de los pintores flamencos y alemanes (particularmente Memling por
sus angel es), de Paolo Uccello, de Leonardo (La virgen, el nino y Sta.
Ana —jpor supuesto!— que me arrastro a una larga y absurda
interpretation sexual, aunque en verdad no hay que interpretar pues
todo esta alii). Y naturalmente Klee, Kandinsky, Miro y Chagall (los
preferidos, por ahora).
Me parece muy bien que se haya llevado un balde del de Flore. Yo,
por ahora, me porto juiciosamente: solo unos pocos libros. Pero si me
tuviera que llevar algo seria la lachada de una casa desmoronada de un
pueblito llamado Fontenay-Aux-Roses, cuya estacion de ferrocarril
esta llena de rosas. Las ventanas de esa casa tienen los vidrios de
color lila, pero de un lila tan magico, tan como los suenos hermosos,
que me pregunto si no terminare penetrando en la casa. Tal vez, si
entro, me reciba una voz: «Hace tanto que te esperaba». Y yo ya no
tendre que buscar mas.
Hago —se hacen— algunos poemas. Cuando los corrija le enviare
algo. Sigo dibujando pequenos monstruos. Y leo al «perro de
Lautreamont». Escribo minuciosamente mi diario. Y envejezco.
Cumpli anos y sone que me decian: «el tiempo pasa». Pero no lo creo.
Quevedo tampoco lo creia: «miro el tienpo que pasa y no le creo»
(cito de memoria). Mi unico ruego constante es que no me abandone la
fe en algunos valores espirituales (poesia, pintura). Cuando me deja
temporariamente viene la locura, el mundo se vacia y rechina como una
pareja de robots copulando.
37
Le buscare las revistas y todo lo que necesite o —y- llegara a
necesitar. Abrazos para usted y para Aglae,
Alejandra
Numero las cartas paranuestros futuros biografos.
38
Carta N.° 5
Muy querido Leon Ostrov:
Le envie hace poco una carta desde una hermosa piecita, que ya no
existe para mi, pues estoy de nuevo con mi familia, hasta fines de este
mes. Despues va a venir Agosto y no se que hare, hay un vacio en
Agosto, una distancia hecha de un precipicio, que necesitare saltar o,
lo mejor, cambiare de camino. Le dije que le contaria sobre mi
encuentro con S. de Beauvoir, pero me es penoso rememorarlo. Quizas,
y casi como siempre, veo con ojos lugubres cosas que objetivamente
no lo son. Razonablemente hablando, tal vez fue un encuentro como
cualquier otro del estilo: una periodista preguntando sobre esto y
aquello, y la entrevistada que responde. Pero yo no me he recuperado
aun de lo que fiie para mi este encuentro: una profunda experiencia del
miedo. Y mas profunda aun por lo inesperado de este miedo. Comenzo
el dia del encuentro: despertar y sentir que el corazon me lleva y me
trae. Horribles sacudidas. Taquicardia. Esto fue nuevo. No era mi viejo
miedo « espiritual» posible de traducir en metafbras. Un nuevo miedo:
cuerpo y alma encontrados por vez primera, reunidos, celebrando
nupcias horribles. Trate de beber, pero la primera gota me obligo a
permanecer tendida en la cama varios minutos, asistiendo a algo como
una revolution. Imposible pensar. Imposible todo. Imposible tambien
la lenta agonia —con la mano en el corazon— de mi ser paseandose
hasta que se hizo la hora y yo entre en Les Deux Magots rogando y
rogandome que mi voz surgiera —pues mi miedo mas profundo (el de
los examenes) era que la garganta se cerrara. Y cuando llego me calme
un poco pues su aspecto no es en modo alguno aterrador. Le pregunte
—con una seriedad excesiva, con la voz estrangulada, con el ritmo del
corazon siempre delirante— sobre la mujer y el arte y algunas otras
idioteces por el estilo que respondio con algunas frases de El
segundo sexo. Cuando finalizamos me pregunto a su vez sobre mi y
mis cosas: y le dije de mis poemas, de mi preocupacion por la palabra,
de mi angustia por mis poemas actuales, etc., exagerando un poco, por
supuesto, cuando dije, por ejemplo que «lo unico que me interesa en
39
este mundo es hacer poemas», lo que la sorprendio, sin duda, y me
pidio mis libros. Creo que contenia o reprimia su interes por mi, no se
por que, pero seguramente a causa de su tiempo escaso, y cuando nos
despedimos, me insinuo que vuelve de Brasil —se va ahora con Sartre
— en Octubre, por lo que estara «a mi disposition)). Bueno, yo me
quede dos horas en el cafe —ella ya se habia ido— y me send
repentinamente bien: «ya paso el miedo», me decia. Lo mismo que en
los examenes.
Demas esta decir que el corazon jamas volvio a molestarme sino
que lo que le sucedio fee festejo exclusivo para «el encuentro» (titulo
de un cuento que hice sobre lo que le acabo de contar). Olvidaba
decide que S. de B. me dijo que « por que soy tan timida y como voy a
hacer para persistir en los reportajes con tamana timidez». Me
pregunto como hare ahora para escribir un articulo sobre las idioteces
que le pregunte. Quiere que se lo envie cuando se publique. (Conoce
esepoema de Eliot: «^y como podriayo atreverme?»).
Hablando de poemas hice varios nuevos y no son malos. Leo a
Gongora y a los surrealistas y me preocupo por la palabra —no solo
en la frase sino en si, sino y sobre todo en si. Creo haber hecho un
pequeno progreso en los ultimos poemas. Y descubri que se puede
hacer poemas sin tener nada pensado, sin pensar, sin sentir, sin
imaginar, en cualquier instante y a cualquier hora. En suma,« el poema
se hace con palabras...». Y con ganas de hacerlo, agrego.
Esto tal vez, para justificar mi apasionada declaration sobre mi
vocation poetica —de la que me siento tan insegura como con todo—
aS.deB.
Tambien dibujo. Le mostre lo que hice a Octavio Paz y lo estima
mucho. Con Paz tengo una relation rara. Hay algo misterioso —nada
sexual— que nos une y nos obliga a una iamiliaridad que asomo en
cuanto nos vimos.
\61viendo a lo del encuentro me dejo anonadada. Me refiero
siempre al miedo incomprensible que send y que siento cuando me
animo a recrearlo. «E1 miedo pegado a mi rostro como una mascara de
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cera». Que no me animaria a hacer ahora para desmentirme mi terror, mi
ser cobarde. Ir al fuego, al agua, a la perdition, al suplicio, si, pero es
tan iacil; lo que no podria hacer es otro reportaje. Y esto es para reirse.
O no.
El reportaje fue el martes. Desde entonces hasta hoy, viemes, no he
salido de esta casa —de mi cuarto sombrio y no muy lindo. Ha llovido
hermosamente y me han faltado ganas y motivos de moverme. Lei
varios libros, escribi varios poemas, no hable con nadie —sino los
saludos convencionales de siempre— y descubri que me sentia —
apenas me atrevo a decirlo— «casi feliz». Exceptuando las veces en
que me «acordaba». «Estas en Paris; tienes que salir, tienes que ver».
Entonces la angustia. «Manana; juro que manana saldre». Pero un
nuevo libro, pero tal vez un nuevo poema. Y el silencio intemo tan
agradable despues de haber leido muchas horas, despues de haber
escrito. Ese silencio como una mano de terciopelo. Tal vez un poco de
hastio, pero no obstante, una sensation casi de dicha, una tristeza tan
dulce que deviene alegria. Un olvido absoluto de la realidad, de su
horror. «Pero no puedes pasarte la vida encerrada leyendo y haciendo
poemas como Calipso, la tortuga-electronica-poeta». ^No puedo?
^No se puede? ^Por que no se puede? ^Por que hay gente que trabaja
diez y quince horas por dia en lo que le gusta y no siente que «no se
puede»? Pero «no se puede». Esta dicho. Hay que trabajar en cosas
serias y ganarse la vida. Por otra parte, esta concentration de ahora en
la lectura y poesia no puede durar mucho. Manana o pasado retomare a
mi nebulosa mental y arrastrare un solo libro durante meses, en los que
no escribire una sola linea. No obstante necesito leer, lo necesito para
sobrevivir; estoy absolutamente convencida de necesitar alimentos
poeticos para mi poesia. Lo que se llama tecnica poetica —si bien no
existe—pero hay algo diferente que llaman con este nombre equivoco.
Yo lo necesito. Necesito hacer bellas mis fentasias, mis visiones. De lo
contrario no podre vivir. Tengo que transformar, tengo que hacer
visiones iluminadas de mis miserias y de mis imposibilidades. No se
si meexplico bien. Por eso,hoy, porejemplo,meaplique varias horas a
Gongora. Lectura un poco penosa la vez primera. Y no obstante el
41
« sabla». Se daba cuenta de las palabras, de todas y de cada una.
Aun no se que hare —me refiero a la «realidad». Para quedarme
necesito pensar en ganarme la vida. Cuando pienso en ello pienso que
no es justo aplazar sienpre las cuestiones que siento urgentes: leer,
escribir, etc. Razonablemente hablando: pueden hacerse las dos cosas.
SI. Pero mi sueno, mi aspiracion mas grande se enlaza a mi signo
astrologico: Tauro —el mismo que el de Balzac— signo asociado a la
fecundidad, a la capacidad de trabajo, a la voluntad, del que estoy
desviada por alguna aberration pero gimiendo sienpre por
incorporarme a sus fieles: solo sere feliz cuando escriba innumerables
volumenes, cuando escriba sin detenerme durante dias y meses y anos.
Pero que quiero escribir o sobre que, me pregunto, si en mi hay solo
silencio. Pero no me convenzo. Y la vieja aspiracion sigue, frustrada y
persistente.
Otra vieja frustration —y esta carta deviene cronica— es el
estudio. Saber que lo necesito para mis poemas, lo necesito para
justificarme, (no se ante quien pero no deja de aterrarme que, en un
sentido social, si yo leo a Gongora para mi estoy «perdiendo el
tiempo» mientras que si lo leo para un examen «trabajo» y «me
beneficio»). Ademas en tanto no finalice los estudios sere siempre una
vagabunda. Pero como seguir si « el miedo se adhiere a mi rostro como
una mascara de cera» cuando pienso en los examenes, en hablar en
publico. La primera solution que se me presenta es el psicoanalisis.
Quizas me ayude a poder hablar sin miedo. Pero si no file posible
curarme con su ayuda, por que sera posible con otra, cual sera mejor, es
que acaso hay alguien mejor que usted en Buenos Aires. Y no solo el
no poder hablar me lleva a pensar en este tratamiento: es tambien el
pasado que aqui desperto, que me sobreviene en oleadas, que me
molesta como una invasion de moscas venenosas. Me debato y mato,
pero vienen mas y mas. Hasta que caigo y viene el silencio.
Todo esto que cuento y digo sucede hoy. Manana tal vez despierte
y sonria con cierto desprecio por la obsesiva de ayer, por sus planes
«burgueses», por su anhelo de seguridad. Y tal vez la neurosis sea
42
esencialmente un anhelo de seguridad. Un no saber que ella no existe
(Descubrimiento durante el viaje). Pero aunque manana venga Otra y
pasado Otra, mi vision de la felicidad es siempre la misma: un poder
trabajar en y con las cosas que uno quiere. Me pregunto si hay
posibilidad de cura cuando alguien no lo puede. Si no puede trabajar
es porque no quiere, no tiene cosas que quiere. i Y alguien que es asi
esta enfermo? Oh me gustaria conversar con usted de estas cosas.
Hable por telefono con Verdevoye y tal vez nos veremos la semana
proxima. Perdon por mi lentitud en buscar las revistas: comenzare
« manana». Perdon tambien por esta carta aburrida y excesiva. Abrazos
para usted y Aglae,
Alejandra
15 de julio
43
Respuesta de Leon Ostrov
Buenos Aires, agosto 18 de 1960.
Querida Alejandra:
Todo este tiempo estuve pensando en escribirle, pero las
circunstancias me imponian postergarlo porque estaba todo yo
preocupado e indignado por una canallada que, en la Facultad me
habia preparado, a traicion, el «colega» que dirigia —le aceptaron la
renuncia hace unos dlas— el Departamento de Psicologia. Se trataba,
sencillamente, de eliminarme. jMe resulto tan sorpresivo e
incomprensible todo eso! Por suerte logre desbaratar la maniobra.
Ahora—solucionado el problema—vuelvo aUd.
^Se entero de que Silvina Bullrich publico en La Nacion de hace
un par de domingos un reportaje a Simone de Beauvoir? Me pared 6
bastante flojo y lamente que se adelantara al probable suyo. No se si
publicarian enseguida otro, en caso de que me lo mandara. Pero ha
escrito Ud. un cuento y confio en el.
Alejandra: no creo que sea yo el mejor psicoanalista de Buenos
Aires. Creo que otro, a lo mejor, podria sacarla a Ud. de sus miedos y
de sus problemas. Por motivos X, Ud. se traba con dificultades que, en
definitiva, traducen su dificultad para aceptarse. ^Que importa si
«manana no escriba o arrastre un libro durante meses?» Todo eso no
es, en Ud. perdida de tiempo, es «trabajo», elaboration, creation,
aunque aparentemente no lo parezca. Ud. es de esos seres que trabajan
siempre porque la intimidad no descansa. Y si sus miedos y miserias
se convierten, despues, en palabras bellas, pues alegrese, porque las
palabras bellas solo surgen cuando algo, de adentro, hermoso o
terrible, mejor, hermoso y terrible, las impulsa. Dejese de examenes y
convencionalismos: Ud. trabaja y se beneficia cuando lee a Gongora
para Ud., y casi diria que pierde el tiempo cuando lo lee para preparar
un examen.
Me alegra que haya hecho amistad con Octavio Paz. Se cuanto lo
44
admira, y vaya aprendiendo que lo que inporta, en definitiva, es saber
que hay unas cuantas personas que la quieren y saben lo que Ud. es
capaz de hacer por lo que ya ha hecho.
Un abrazo grande de Aglae, Andrea y rrrio,
Leon Ostrov
45
Carta N.° 6 [20]
Muy querido Leon Ostrov:
Tenia pensado escribirle mas tarde, cuando hubiera sobrevenido lo
que yo esperaba y que tal vez sobrevenga pero yo ya no lo espero
tanto, ni como antes, como ayer. Me habian propuesto que yo hiciera el
scenario de un film corto sobre Vallejo para difundirse por la
television en varios paises sudamericanos. Acepte feliz. La propuesta
coincidia con mi buen estado animico: habia salido mucho, habia
visto. Habia acariciado la esperanza de quedarme en Paris mucho
tiempo, indefinidamente, esperanza que se resolvio en certeza cuando
la propuesta. La habia aceptado con todas mis buenas intenciones de
hacer algo alguna vez por mi, algo bueno y que me alegre, que me
libere. De esto hace unos 15 dias. Dos semanas sin ver nada, sin
visitar a nadie, sino como empujada por algo o alguien terriblemente
fiierte, y yo me decia: trabaja, si trabajas te vas a salvar. Anduve
torturandome en la Biblioteca Nacional donde no hay nada sobre la
vida de Vallejo. Ni siquiera tenia sus poemas que estan agotados y
que por fin me consiguio Jonquieres. Fui a la Unesco y hable con
cuanto peruano existe. Por intermedio de un amigo de un amigo de un
amigo de alguien que conozco di con la noticia de la existencia de una
vieja bailarina peruana, viuda de Ernesto More, gran amigo de Vallejo.
Anteayer, pues, fui a lo de una vieja condesa rusa fanaticamente
marxista, que vive en «su» calle Visconti. Como la reunion era muy
tarde pase por el cafe Old Navy lleno de argentinos y no se como fue
pero enganche a un italiano que me acompano. Llego y esta el chico
peruano (amigo de un amigo... etc.), la bailarina, la Condesa, una vieja
bouquiniste que me vendio una vez el Kama-Sutra junto al Sena y un
muchacho espanol que trabaja de sifonero en el verano y en el
inviemo ayuda a un filologo a traducir al frances el Mio Cid. Todo
muy interesante pero frustrador cuanto a Vallejo. La vieja bailarina se
hacia la importante y mentia abiertamente. Por fin se dio el gusto y me
enseno como bailaba Vallejo cuando se embriagaba. Entonces me fin y
46
era tarde y el italiano no pudo volver a su casa a causa del metro que
no andaba a esa hora. Entonces se metio por la ventana de mi cuarto
(habito provisoriamente en la Residence Universitaire d’Antony:
«Les visites masculines sont interdites»). Y por supuesto hicimos el
amor —expresion infiel en este caso. Y todo paso de una manera muy
interesante solo que es muy largo y dificil contarlo ahora. No es esto
todo: me vi con la sirvienta de Jonquieres, que tenia una revista
peruana; me vi con Ricardo Paseyro, yemo del finado Supervielle; me
vi ayer con Jorge Carrera Andrade, quien me miraba con desconfianza
al principio y finalizo comprandome cigarrillos y nos veremos de
nuevo, etc. En suma: no tengo casi nada de material para el film
Porque se necesitan cosas vivas, circunstancias, etc. Y no hay sino
poemas e interpretaciones metafisicas. Ademas, con mi inteligencia
muerta, con mi imagination absurda, con mis visiones cada dia mas
alucinadas, que estructura dar a este film, de manera que sea aceptado
por personas que piensan en el interes comercial y en la aceptacion
publica que puede tener. Y lo peor es que quiero encamizadamente
hacerlo. Y quiero que me den a mi los otros que piensan hacer: Dario,
Gomez Carrillo, Supervielle, etc. Y me interesa profimdamente ganar
dinero haciendolos, y me interesa hondamente aprender el oficio de
escribir para la television.
Me pase dos semanas en estado de ansiedad dichosa: todo esto
que digo que me interesaria hacer se me presentaba posible. Y le
confieso que pense con alegria en la posibilidad de ganar mucho
dinero, escribir sobre lo que existe y jamas sobre lo ausente, es decir,
escribir produciendo obras que serian articulos de consumo (para la
T. V) y pense con alegria, digo, en no escribir poemas nunca mas.
«Salvada», me dije. Pero me di cuenta que habia exagerado: com y
anduve mucho y me fatigue horriblemente y todos me decian si estoy
enferma. Pero me hacia trampa, porque dentro de mi no hacia el
scenario, no lo pensaba, dentro solo habia la esperanza de salvarme. Y
cuando ayer recibi una carta bastante fria de mama, motivada
posiblemente por alguna desaprobadora de mi persona de mi tio de
aqui (me he distanciado completamente de mi maldita familia) y me
47
preguntaba cuando volvere, (la primera vez que lo pregunta) y me
decia cosas tan sin importancia, tanto hastio, tanta frustration en las
pequenas familias, que me jure trabajar hasta morir y no volver, o si
vuelvo, volver fiierte y casi o algo o apenas libre. Pero hoy comienzo
el scenario y me desespero. Entonces le escribo a usted, como si le
pidiera que me ayude contra lo que en mi quiere ir a la caida, eso en mi
enamorado de la miseria, de la pobreza, del malestar, del desamparo, de
lo huerfano, de la muerte. Hasta pense esto, a proposito del scenario: o
lo haces y trabajas como una mujer adulta o te vas al Sena y das el
sonido de un cuerpo menos. Pero no es tan facil. No es tan facil. Hoy,
como no hice nada, me angustie y de pronto se vino todo: hice o se
hicieron cinco poemas, absolutamente incomprensibles y no muy
malos. Alegria entonces. Bienvenidos. Termino de escribirlos y se va
la esperanza de la salvation por la profusion remunerada. Al diablo
todo. Mientras lleguen los poemas. Pero quiero hacerlo.No quiero ira
Bs. As. a vivircon mi familia. Pero no puedo pensar en el scenario. No
estoy muy angustiada ni muy triste pero no puedo pensar en las cosas
concretas. No me interesan. Me pidio tambien una chica que hace cine
y television que colabore con ella en un film corto sobre un
desencuentro amoroso. Le di ideas buenas. Pero hacer los dialogos me
es imposible. Yo no se hablar como todos. Mis palabras suenan
extranas y vienen de lejos, de donde no es, de los encuentros con
nadie. ,?,Que articulos de consume fabricar con mi lenguaje de
melancolica a perpetuidad? (A proposito de mi: ^conoce Las noches
blancas, de Dostoievski? Nunca send mas fiierte temor que
leyendolo). Bueno, he creido que seria tan facil cambiar como si fiiera
vestirse distintamente. Hasta me ocupe de leer los diarios en estas 2
semanas. Y saber de politica. Hoy hice los poemas, necesito escribirle
y medito en la muerte y en lo de siempre. Estoy absolutamente
convencida de que la vida es invivible. Ejemplo: estamos muertos.
Luego, quisiera trabajary leery escribiry ganardinero y no ver nunca
a mi iamilia, y estar sola sin sentirme culpable por eso. Vida tranquila,
industriosa, la que me prometo siempre. Hasta que reviento y me
embriago y fcmico durante una noche que no es noche sino un oscuro
48
rito para restablecer el hastio y la calma y la espera absurda de siempre.
Le escribire pronto, le dire como anda todo esto, posiblemente mal
repito (lo digo proustianamente: para que no suceda, por el solo
hecho de haberlo pensado). Lamento lo de la Facultad y de su
«colega». No comprendo por que la gente es tan idiota. Le envian
gran saludos Jonquieres y lamilia. Ayer la vi a N. Gerstein, y me dijo
lo hermosa que es Andrea. Entonces, para ella, para usted y Aglae
grandes abrazos,
Alejandra
Perdon por el exceso de pronombres en primera personas
1
ha salido en plural: la semana pasada tuve, al fin, una experiencia
nervaliana: salgo de mi pieza, llego al parque, miro mi enorme ventana y
^a quien vi, en un centesimo de segundo? A mi. Me asuste y me send
feliz. La experiencia del doble me iascino siempre. Es curioso, pero no
me acuse de esquizofrenia. Mejor dicho, me send agradecida.
49
Respuesta de Leon Ostrov
Querida Alejandra:
Apenas recibi su carta fiii a « Verbum» para comprar un libro sobre
la vida de Vallejo quehaciaun tiempo habiavisto en la vidriera. Yano
estaba; lo habian vendido. Y Vazquez no pudo darme ningun dato
concreto —autor, editor— como para tratar de conseguirlo en otra
libreria. Lo unico que pudo decirme es que, dentro de uno o dos
meses, lo recibira de nuevo. Pase por otras librerias y nadie sabia
nada. Hubiera querido ayudarla con algo positivo en su empresa, pero
desgraciadamente —por lo menos en forma inmediata— no es posible.
Lo unico que puedo hacer es, si, decirle que si por unos dias vivio
con conviction y entusiasmo el proyecto, es indicio de que algo en
Ud. esta queriendo cambiar. No se desanime. Y no plantee las cosas
como excluyentes. No se trata de no escribir mas poemas para
dedicarse a una literatura de distinta densidad. Si foera asi, le diria
rotundamente que rechace toda invitation en ese sentido. Por otro
lado no se engane: no podria Ud. hacerlo: ni dejar de escribir poemas
ni dedicarse exclusivamente a lo otro.
Ademas, creo que deberia hacer, aun para T. V, lo que Ud. realmente
siente. No se me escapa que la perspectiva comercial y el gran publico
como destinatario pueden ser un obstaculo insalvable, pero jquien
sabe! A lo mejor lo suyo es captado, apreciado, porque su lenguaje,
aunque lo considere Ud. como que proviene de mundos irreales y
fantasticos, puede tocar, en mas gente de lo que sospecha, cuerdas que
estan esperando quien sepa hacerlas vibrar.
En cuanto a su proyecto de quedarse, a lo mejor, indefinidamente
en Paris, no quiero opinar. Lo unico que inporta es que descubra Ud.
que es lo que realmente quiere y en que lugar del mundo siente Ud.
que podria realizarlo mejor. He hecho la fantasia de que Ud., en Paris,
puede llegar a convertirse en algo importante literariamente, porque ya
lo es, pero Paris —nos guste o no— sigue siendo el gran resonador de
la literatura en el mundo.
50
Escribame pronto para decirme en que anda con su scenario.
Un gran abrazo de Aglae, Andrea y mio,
Leon Ostrov
Apenas termino esta carta y me pongo a hojear un numero reciente
de Insula , me encuentro con esta noticia: la revista Indice, de
Madrid, en su ejemplar de febrero de 1960 se dedica a examinar, en
diversos articulos, la vida y obra de Vallejo. Se me ocurre que no
tendra dificultades para consultar ese numero en Paris o para
hacerselo llegar desde Madrid en ultimo caso.
51
Carta N.° 7
[ 21 ]
Muy querido Leon Ostrov:
Espero que habra recibido mi carta anterior, dedicada
exclusivamente al tema «television y trabajo». Lamento anunciarle
que lo de la television no anduvo pero que en cambio me sirvio para
ponerme en contacto con la revista Cuadernos, en la que soy ahora
empleada (y robadora de hojas, como es evidente). Trabajo desde el
lunes, hoy es mi cuarto dia, estoy contenta y no lo estoy, tengo un
horario de oficinista, 9al2y Hal 8. El sueldo es muy bueno y sirve
para vivir tranquilamente en esta ciudad que ya esta en mi y que,
segun todos mis deseos, no abandonare tan pronto. Pero le escribo a
usted todo esto porque me siento un poco confusa con la novedad de
que mi deseo de quedarme sera realizado (si bien me excedo en el
optimismo pues los tres primeros meses de todo empleo parisino son
de prueba, y nosotros sabemos lo lejana que estoy de la empleada
eficaz y necesaria. En fin...). El gran y enorme problema es, como
deciamos ayer, mi madre. Ella sabe que tengo pasaje que me sirve para
volver hasta marzo (mi anhelo secreto es devolverlo y comprarme
algun autito viejo). Ahora bien: necesito de todas las fiaerzas del
mundo para no hacer la hijaprodiga, para no volver y Horary prometer
ser buena y pedir perdon por haber nacido. Todos estos meses de
soledad, de cambio de domicilio, de busqueda de empleo, me han
fortalecido algo. Para darle una idea de mi vida por aqui: deje la casa
de mi tio en Agosto y me fui a la residencia universitaria de Antony
(veinte minutos de Paris) donde me quede dos meses hasta que me
canse de su confort, de su ambiente universitario, de su poca relacion
con Paris, etc. La semana pasada me consegui una pieza en un sexto
piso de la Place de Clichy (en el corazon de Clichy, lleno de
prostitutas y compania). El hecho de que yo, la nacida temerosa y
miedosa por orden y venganza de no se quien, habite sola y solitaria
una chambre de bonne en una dudosa calle de Montmartre, no es un
hecho vulgar y corriente en la historiografia alejandrina. La pieza es
muy hermosa pues no tiene ratas ni pieles samosas de viejas locas,
52
pero en cambio no tiene agua y el bano (un agujero detras de una
puerta) queda a unos sesenta metros, y para ir alii j j j j j j jno hay luz de
noche!!!!! Quiere decir que te prendes un fcsforo y tanteas las paredes
y las puertas hasta llegar a un infecto agujero casi siempre ocupado
por un viejo siniestro que te saluda con los ojos en tu... Bueno, estoy
exagerando, como siempre. Y ya que hablamos de corredores oscuros y
agujeros volvamos al tema «madre»: a mi temor de volver por temor a
su temor. A su venganza silenciosa. En fin, a todo eso que esta en
cualquier manual de psicoanalisis. Pero me gustaria quedarme varios
anos, ganarme mi vida varios anos, trabajar como cualquier ser adulto,
escribir (estoy escribiendo), no pensar en publicar sino escribir
algunos anos, sin urgencia, lentamente, tranquila, etc. Y ademas leer,
estudiar, en fin, vivir adultamente. Si consigo quedarme en este empleo
(estoy trabajando con Edmundo Eichelbaum, quiero decir, en la misma
oficina, creo que usted lo conoce; en verdad, fiie el quien le hablo de
mi a Gorkin y fue por el que consegui el empleo). Lo que sucede es
que no deja de parecerme irrisorio y sorprendente donar siete horas de
mi dia, donarlas asi, sabiendo que la muerte existe, y muchas cosas
hermosas existen, y muchas cosas terribles, y trabajar asi, como si no
pasara nada, como si uno no viniera a la tierra por un tiempo breve.
Todo esto me asombra profundamente, pero considerando
racionalmente que hace un mes yo me queria suicidar, considerando
que la imagen de mi vida era un golpearse la cabeza en la pared, y que
ahora, cuando salgo de aqui, solo tengo sed de cosas bellas,
considerando todo esto, creo, en fin, que todo ira mejor. Y ahora lo
dejo. Abrazos para usted, Aglae y Andrea,
Alejandra
53
Respuesta de Leon Ostrov
Buenos Aires, octubre 21 de 1960.
Querida Alejandra:
Me pregunta Ud. si recibi su carta anterior, dedicada al tema: T. V y
trabajo. Si, la recibi, y a mi vez le pregunto si recibio la irria porque su
interrogante me lleva a pensar que no llego a Ud. La mande al
Consulado, y en ella trataba de colaborar con Ud. en el asunto Vallejo.
Me alegra todo lo que me dice en su carta. Creo que es el camino
para Ud., por lo menos inmediatamente. Si siente que esta logrando
conciliar sus proyectos, a pesar de las siete horas de oficina, no ceda.
Defiendase, defiendalos. Veo —complacido— que lo que siempre
sostuve —que Paris es terapeutico— se esta cumpliendo. Espero que
no me defraude, y que pueda pasar por esos tres meses de prueba y
poder quedar asi en el empleo. Yo la «veo» a Ud. viviendo en Paris.
Es una ciudad para espiritus como el suyo. Me acuerdo que Phillips
—un psicoanalista ingles que estuvo hace un par de afios en Buenos
Aires, excepcionalmente culto— me decia que sus vacaciones —y
eventualmente los fines de semana— los pasa en Paris. Y me acuerdo
que yo, cuando estuve en el 55 en Europa, la primera ciudad que visite
file Paris. Arregle mis cosas para recorrer algunas otras, pero para
terminar mi estada en Europa de nuevo en ella, como si necesitara,
como ultima impresion, llevarme la de Paris, que esta en mi y me dibuja
un fiituro feliz pensando que alguna vez estare de nuevo alii.
Arregle sus cosas, acepte que en esta breve vida —es inevitable—
tenemos que dormir y trabajar a veces en cosas que no nos interesan
del todo, es decir, reducir las horas de la contemplation y de la tarea
que expresa nuestra vocation mejor. Todo eso que, aparentemente es
perder tiempo puede, en definitiva, no serlo. Recuerde aquel cartelito
que Saint Paul Roux colocaba sobre la puerta de su habitation cuando
se iba a dormir: « Se ruega no molestar. El poeta trabaja».
Trabaje, en lo suyo y en la oficina, puesto que esto ultimo es
54
condition inexorable para seguir en Paris. Y vaya ahorrando, si
puede, algunos francos y corrase a Roma cuando pueda. Y ya me dira.
Un gran abrazo mio, de Aglae y de Andrea,
Leon Ostrov
Como la direction que pone en el sobre es ilegible, resuelvo
mandarle esta a la de su oficina. En todo caso, aclareme la suya,
particular.
55
Carta N.° 8
Querido Leon Ostrov:
Gracias por sus cartas y por lo de Vallejo y por lo que me dice y
por como me lo dice. Por ahora todo va bien. Aqui esta por estallar
una guerra civil pero no se lo siente. Y aunque se lo sienta...
(Dostoievski decia que podria muy bien caer todo con todos «con tal
que yo pueda tomar mi taza de te»). El cielo fue bianco este mes, fue
una ausencia, fue mi amor este cielo: era una tregua, un puente entre
dos mundos. Me gustaria saber de Buenos Aires, es decir, de usted y
de unos pocos mas que quiero.
Le envio estas pocas lineas porque son para decirle que he
recibido, me han llegado, sus dos ultimas cartas. Dentro de poco le
enviare la mia propiamente dicha, que sera enorme y problematica y
enamorada del primer pronombre como todas las anteriores. Deseo
enormemente que puedan venir cuanto antes a Paris. No se preocupe
por mis direcciones ni mis cambios de domicilio que merecen por lo
menos un Proust para referirlos. Escribame siempre al Consulado.
Abrazos para usted y Aglae y Andrea,
Alejandra
1 denoviembre de 1960.
56
Carta N.° 9 [22]
Muy querido Leon Ostrov:
Quisiera explicarle lo que sucede. Pero no se como transformarlo
en palabras. El problema es si me quedo o me voy. Dentro de un mes y
medio me diran si me confirman en mi empleo. Si todo sigue como
ahora, creo que me aceptaran, pues hasta el presente hago todo bien y
no solo no se quejan de rrri sino que hasta parecen contentos.
Pero tengo un pasaje para volver que me sirve hasta principios de
marzo. Si lo devuelvo pasaran anos o mi vida hasta que pueda
comprarme otro pues ahora cuesta el triple que cuando lo compre. Una
forma de solution seria pedir aqui una licencia de dos meses (si es que
me aceptan definitivamente) y volver con mi pasaje, quedarme un mes o
quince dias y retomar en avion a Paris. Pero ^quien me pagaria el
pasaje por avion? Mi iamilia, sin duda. Pero pienso si no sera una
esclavitud definitiva para mi obligarles a pagar tan caro el « placer» de
ver mi rostro dos o tres semanas. Sin olvidar que les debo aun
montones de dinero (pues son ellos que estan pagando mi deuda con
el Fondo Nacional de las Artes y son ellos que aun me envian un giro
mensual —pues no quiero decirles todavia que trabajo). Confieso que
no me gusta enviarle esta carta balzaciana llena de conflictos
economicos pero es preciso, creo, para que vea como es el problema.
Lo peor de todo es que mis conflictos economicos no existen. Quiero
decir, no siento autenticamente la necesidad de ganar mi vida. Lo
deseo con mi parte positiva, la que quiere liberarse de su estado
infentil. Pero no deja de ser literaria esa parte mia, o al menos no deja
de ser una construction intelectual. Porque siempre hay algo detras de
lo que hago, siempre hay un sustituto que espera detras de lo que
hago y que me impide entregarme por completo. Es decir, que siempre
hay lo otro por si me sale mal esto. Siempre esta la posibilidad de
volver si el empleo no resulta. Pero jamas me sucede «no tener mas
remedio» que hacer algo. Quiero decir, si la Iamilia no me enviara
giros y yo supiera que si no trabajo me rmero de hambre y de frio, todo
57
me seria mas facil.
Cuando pienso en Buenos Aires, veo cerrado, veo un pozo, veo
algo que se abrira por un segundo como una flor devoradora y se
cerrara sobre mi. Cuando pienso en Olga, en Elizabeth, en Susana,
siento el infiemo que fiieron esas relaciones. Cuando pienso en mi
femilia, en mi pieza, tengo horror ante la idea de envejecer alii, y me
imagino absolutamente idiota, sin juventud, neutra, imposibilitada de
hablar, imposibilitada de todo (casi diria que veo una plaza: yo ya soy
casi vieja, mi madre me lleva a la plaza y me da ordenes, me dice que no
juegue, que me voy a ensuciar y a darle mas trabajo aun del que le
doy). Esta imagen de la solterona frustrada e idiotizada por su madre
me persigue. Tal vez la refiierzan las palabras de mi madre en sus
ultimas cartas («me apena que te quedes en Paris en el inviemo; alii
hace mucho frio y puede hacerte mal»; « para que tenes que sufrir alii y
privarte de las comodidades que tenes aqui y de tus padres que te
quieren», etc.).
Pero de cuando en cuando me llega la angustia de la Facultad. « Ya
diste bastantes vueltas. Ahora a entrar en serio, a terminar lo
empezado». Y cuento los anos que me faltan para dejar de ser joven (lo
que es absurdo). Y me digo que es ahora o nunca. Que debiera
recibirme, terminar, aprender lo que de lo contrario jamas voy a
aprender. Pero algo me dice que solo se aprende lo que se ama y que la
cultura, el conocimiento, es solo cuestion de amor. Si no hay amor es
un caos, aunque se conozcan fechas y datos y noticias eruditas. Pero
tal vez sea una excusa para mi pereza. Y me pregunto que hacer con mis
lecturas desordenadas, con mi imposibilidad de hacer tantas cosas que
me propongo. Ahora bien: lo unico que me haria volver a Buenos
Aires es el deseo de estudiar, de finalizar la Facultad. ^Pero no debiera
considerar mi experiencia del pasado? ^No debiera considerar las
cuatro o cinco veces que reinicie en vano esos estudios? Anteayer
almorce con Fryda de Kurlat y su marido, que vinieron por aqui por
una semana. Independientemente de que yo la considere una fria y
desapasionada profesional de la literatura, me llego muy hondo lo que
me dijo sobre los cambios y reformas en los estudios y sobre todo
58
esto: que Susana esta estudiando maravillosamente bien, que da un
examen tras otro. Supe que este progreso se debe a mi ausencia, porque
era mi influencia la que le impedia a Susana entregarse a los estudios
aridos, yo hablaba demasiado de Rimbaud y de «las aventuras que
cuentan los libros para ninos». Yo le hacia experimentar un abismo
entre la verdadera poesia y esa acumulacion de datos e informes. Ahora
que me foi esta libre y no solo eso: estudia tanto porque la impulsa a
ello su amor por quien usted sabe. La correspondencia con Susana
languidecio; yo siento demasiado rencor por lo que sufri por ella, y
ademas descubri que me siento mas serena y mas en paz conmigo
dejando de escribirle y haciendome a la idea de que nuestra amistad no
foe mas que una de las tantas formas o expresiones de mi neurosis.
Ademas, ese femoso humor negro que nos unia era mio, no era de
ambas, ella solo lo festejaba. Lo se porque tambien aqui establezco
comunicaciones de ese tipo. En fin, no comprendo bien mi relation
con Susana, pero se que me ha frustrado y que me atraia justamente por
eso. Ademas, mi angustia por el estudio surgio foerte cuando supe lo
de Susana. Una de mis voces, dijo, justamente, que si deseo tanto
estudiar, que otro lugar es mejor que la Sorbonne. Y tal vez, esto lo
digo susurrando, tome la via heroica, trabajar y estudiar Letras en la
Sorbonne. Pero queda lo del amor y la necesidad, mi conviction mas
profonda.
Siguiendo con Buenos Aires, ^que podria hacer alii si no sigo
estudiando? Denuevo buscartrabajo,buscarempleo,y yo sebien que
jamas voy a encontrar un empleo como este (me refiero al excelente
sueldo). Ademas, aun el hecho de que casi todo lo que hago en la
oficina es maquinal y rutinario (casi siempre copias a maquina) es
justamente lo que me hace ialta. Primero porque soy automatica por
naturaleza, y segundo que por mas que me demuestre lo contrario no
sirvo para las tareas de creation en una oficina (simplemente porque
no soy de este mundo). Es mas: muchas veces quise ser periodista,
pero se bien que lo quise por juego de nina. En el fondo me horroriza
escribir sobre no importa que para ganar dinero. Entonces, ^que
encontraria en Buenos Aires? Me gustaria mucho verlo a usted pero
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no siento —lo confieso— una fiebre urgente ni un deseo irreprimible
de ello. Tal vez porque estoy segura de que si vuelvo dentro de veinte
afios o si no vuelvo nunca, no por eso me va a olvidar. ^Entonces que
sucede? A veces, cuando es de noche y estoy en mi pieza (vivo ahora
en un excelente hotel —por fin me lo permiti) me extrano y me digo que
estoy loca, me extrano tanto de encontrarme viviendo sola, «lejos de
mama y de papa», y me duele tanto pensar en mi casa, en mi piecita de
prisionera, y me digo que nunca tendre fiierzas para quedarme aqui.
Pero despues es la manana, y me despierto enamorada de mi vida, son
las ocho y el autobus bordea el Sena y hay niebla en el rio y el sol en
los vitrales de Notre-Dame, y ver a la manana, camino a la oficina, una
vision tan maravillosa, y aun la lluvia, y aun este cielo de otono
absolutamente gris —tan de acuerdo con lo que siento— este cielo
que amo mucho mas que el sol, pues en verdad no amo el sol, en verdad
amo esta lluvia, esta tristeza en lo de afuera. Me asusta tal vez caminar
por la Gare St. Lazare, cuando desciendo del autobus, y confimdirme y
entrar en la masa anonima de oficinistas y seres que van como si les
hubieran dado cuerda, rostros rnuertos, ojos mudos. Entonces digo: en
vez de estudiar y hacer lo que te corresponde he aqui que eres como
ellos: una oficinista mas; lindo destino para una poeta enamorada de
los angeles.
Bueno, no tengo tiempo para seguir y ademas ya no hace falta, creo.
No releo la carta porque tengo miedo de ver que no es eso, no es eso lo
que quisiste decir. Hasta muy pronto.
Abrazos para usted, Aglae y la pequena Andrea,
Alejandra
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Respuesta de Leon Ostrov
Buenos Aires, noviembre 25 de 1960.
Querida Alejandra:
Me alegro mucho su carta. El problema que plantea —venir o
quedarse en Paris—por las dificultades economicas que implica, creo,
sin embargo, que esta a medias solucionado dentro de Ud.,
independientemente de lo que en ultima instancia resuelva hacer. Lo
importante —lo mas importante— es que sea Ud. capaz, de pronto, de
decir que esta enamorada de la vida que lleva, que advierta que se esta
ubicando cada vez mas en lo que hace —no inporta que la tarea en la
oficina sea automatica, mejor dicho, tanto mejor si es eso lo que quiere
para obtener un sueldo. Esta tomando Ud. conciencia de muchas cosas
suyas. Creo que su regreso, ahora, podria ser contraproducente para
Ud. Una vez que la confirmen en el trabajo comuniqueles a sus padres
en que esta, como esta. Afiancese, asegurese Ud. intemamente y
despues podra hacer esa visita que le preocupa, y podra, mas
libremente, optar en definitiva: quedarse aqui, estudiar aqui o regresar
a Paris. El problema del dinero, si Ud. se lo propone, lo puede ir
resolviendo: arreglese para ir ahorrando algo todos los meses —ya
que el sueldo parece tan bueno— aunque tenga que vivir en un hotel
de menos categoria; organice las cosas para que no tenga que
depender de nadie cuando llegue el momento de tener que resolver. Le
digo todo esto porque creo que esta Ud. muy cerca de saberlo por si
misma y desear actuar asi. Ud. ya no se engana. Es Ud. quien, frente a
las nostalgias o remordimientos por no proseguir sus estudios en
Buenos Aires se plantea que mejor que seguirlos en la Sorbonne, si
realmente quiere estudiar. Esto, tambien, aunque sea por ahora una
mentira piadosa, puede aliviarles el pesar a sus padres, si les comunica
que piensa permanecer un tiempo mas en Paris. Y eventualmente, si
viene, ser un pretexto —o ya una realidad— para regresar y retomar
sus estudios en Paris. Creo, en definitiva, que esa experiencia de
valerse sola —aunque no se den esas circunstancias extremas que
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senala, morirse de hambre y de frio, sin nadie a quien recurrir— es
terapeutica. Ud. la necesitaba. No la desaproveche.
Un gran abrazo mio, de Aglae y de Andrea,
Leon Ostrov
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Carta N.° 10
27 de diciembre de 1960.
Querido Leon Ostrov:
Hace bastante tiempo que deseo escribirle y no se que impaciencia
me detiene en mitad de las cartas, que exasperation ante la pobreza de
mi lenguaje. En fin, le envio unas pocas lineas para que sepa que
estoy, que vivo, y que si no escribo es porque no puedo.
Mi vida aqui viene y va, es la corriente de siempre, esperanza y
desesperanza. Ganas de morir y de vivir. A veces el orden, a veces me
devora el caos. Creo que actualmente es lo segundo. Tal vez le escribo
por eso.
Mi trabajo en la oficina va bien. Hago las cosas bien. Con una
absoluta inconsciencia. Pero es eso, al parecer, la razon de mi exito.
Pienso en lo mas lejano mientras mis manos y algo que no se que es se
funden con la tarea. Yo estoy lejos, y no obstante las cosas se hacen.
Me asombro de no haber transformado esto en un infiemo, quiero decir
mi relation con los que me rodean. Soy silenciosa y cortes (tres
gentille) y mi unica preocupacion es Eichelbaum (a quien usted
conoce, creo) y a quien odio, muy en secreto. Este odio me exaspera
como todas las manifestaciones afectivas que no comprendo. Con toda
humildad psicoanalitica, me permiti descubrir —por suenos y
asociaciones— que lo identifico profimdamente con mi padre. Ademas,
he dado en enamorarme platonicamente de una periodista argentina
que prepara con el un programa de radio. Este amor es lo que me laltaba
para llevarme a la actualidad el problema siempre ardiente que tengo
con mi madre. Agreguemos que la periodista es lesbiana confesa y que
E. se encuentra con ella en todas partes menos en la oficina («me
impide verla»). Todo esto me sume en las dos sombras de costumbre,
en los dos seres de la infancia, en la sensation de orfandad y en el
dolor de siempre. Solo que ahora me veo y me descubro. Es decir,
durante el dia comprendo lo patologico de este amor (hace ya tres
63
meses que me deliro por ella) pero en la noche es la venganza, y
cuando mas «curada» me siento, por obra y gracia de mi esfiierzo e
inteligencia, se producen suenos tristes como hospitales en los que
esta ella y estoy yo con mi iamilia. En fin, estos dos seres, E. y la
periodista —que no se por que callo su nombre si usted la debe
conocer— me son cercanos y presentes casi todo el dia y toda la
noche. Mi vida, entonces, es una conjuration de sombras. Veo otra
gente, trato de salir, me obligo a ir al cine, al teatro, a leer, a escribir.
Ademas, desde la semana pasada tengo un amante. Un amante que me
hace feliz. Esto es tan asombroso, justamente ahora que me sentia en el
centro exacto de la homosexualidad, viene alguien (un joven poeta
muy parecido —por la poesia y por la manera de hacer el amor— a
Enrique Molina) con quien alcanzo una realization fisica absoluta,
absurdamente perfecta. Y he quedado asombrada, como es posible, me
digo, estar tan enferma y ser tan neurotica y no obstante, permitirse
esta exaltation del cuerpo, esta plenitud sexual, esta aventura a fondo.
Todo esto rodeado de temores por las consecuencias (como siempre) y
ademas de un extrano anonadamiento porque yo no amo a este joven
poeta, y me es en suma indiferente, y no obstante cuando viene es
como una droga, algo mucho mas fiierte que todo. No obstante, al dia
siguiente, viene la culpa, un sentimiento biblico de la pesantez del
cuerpo, del sexo y se me llena la memoria de palomas y necesito
angeles y flores: poemas. Lo demas esta en la duda: no se si volver o
quedarme. Aun no me dijeron que me aceptan definitivamente pero
sospecho que asi sera, y despues de todo, que inporta volver o no,
mejor dicho, inporta no volver, inporta mi soledad en mi cuartito —
que he llegado a querer— mi libertad de movimiento, y esta ausencia
de ojos ajenos en mis actos. Si no fiiera por mi enamoramiento (que me
lleva muchas noches a errar por las calles y buscarla: en cada rostro, en
cada arbol, en los perros, en las hojas muertas, en las sombras; y la
tristeza definitiva de volver despues de no haber encontrado £y que
encontrar si lo que se busca no existe?) mi vida seria tranquila y
posiblemente dichosa, pero esta nueva irrealidad en que me he sumido,
este amar absurdo (ocurriendo, como sienpre en estos casos, que ni
recuerdo su rostro verdadero). En fin, tengo mucho miedo y no
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obstante estoy maravillada, fescinada por lo extrano y lo inextricable
de todo lo que soy, de todas las que soy y las que me hacen y
deshacen. («Sufren pero viven. El sufrimiento es real»). Pero me
gustaria hablar con listed de todo esto. Mientras tanto, perdon por
tanto conflicto, por ese lanzarme asi por via aerea, paciente a
perpetuidad, erguida en la torre Eiflel como un inquebrantable
« hommage a Freud». Abrazos para usted, para Aglae y para Andrea,
Alejandra
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Carta N.° 11 [23]
Querido Leon Ostrov:
Inutil explicar mis silencios. En el fondo de mi hay siempre una
espera primitiva de un cambio magico. (Una noche se romperan los
espejos, arderan las que fiii y cuando despierte sere la heredera de mi
cadaver).
Estoy tan cansada de mis antiguos temores y terrores que no me
atrevo a comunicarlos ni a decirlos. ^Recuerda mi frase o estribillo de
todos mis diarios: «Entraren el silencio»?
He trabajado duramente en la oficina todos estos meses. Es testigo
mi corazon debilitado y mi fetiga perpetua. Hasta crei morir. Te
consumes. Piense en mi y en mi vida desordenada y como se la
concilia con el despertador a las 7 hs. Y ocho horas de trabajo
ininterrumpido en unapiecita sombria.
Mis padres comprendieron mi deseo de quedarme. Recibi una dulce
carta de mi madre en la que send aprobacion (casi orgullo) por mi
decision de quedarme « estudiando» y trabajando sin su ayuda.
Desde hoy trabajo medio dia. Como precisaban una empleada en
otra section —la de Iglesias, secretario de Cuadernos — me la
ofrecieron y la acepte. Medio dia y medio sueldo. No se como vivire
pues solo en el hotel gastare casi las % partes de lo que gano. No
obstante, conozco tanta gente que viviria bien con esa misma suma. Y
yo, en verdad, no puedo vivir con ninguna. Pues cuanto tengo lo
gasto y siempre tengo, no se por que.
Lo que me pone dichosa es tener tiempo libre: la noche, la manana.
Sobre todo en la noche, cuando escribo o leo o dibujo y soy
humildemente feliz y me contento conmigo y con todo. Ahora que no
me torturara el despertador creo que podre escribir y leer mucho mas.
No espero mucho. En verdad estoy desesperada. Pero hay un juego a
muerte. Tengo que hacer poemas bellos y tengo que poblar de voces mi
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silencio. Por eso me dolia donar mi dia a la oficina (si bien en un
sentido es una derrota este cambio pues, aplicando un realismo
despiadado: i,que hice cuando tenia tiempo?). Pero me he dado cuenta
de algunas cosas. Pero tambien tengo temor de no trabajar todo el dia,
de no dolerme horriblemente el cuerpo, de no desvanecerme casi en
tareas cuyo fin es «ganarse la vida». Es como si todo debiera ganarlo
en contiendas espantosas. Quiero decir, es como un temor de que todo
me vaya mal, ahora, cuando trabajo suavemente 4 hs, y vuelvo
descansada y no me muero de iatiga. Ademas, trabajando todo el dia me
olvidaba de mi, de mi «yo» que tanto me hastia, que tanto me llora.
Pero mas rrriedo aun de no poder estudiar y escribir. Que esperanza
absurda hay en mi. Que optimismo feroz. Escribir sobre que. Escribir
que.
Y ademas, ademas no hay nada. Veo a la gente de siempre: Paz,
Eichelbaum, algunos jovenes pintores, y una psicoanalista: Marianne
Strauss, que trata de ensenarme (con escaso provecho) a relajarme.
Esto ultimo me ha llevado a pensar en el psicoanalisis, en la
posibilidad o imposibilidad de que un ser ayude a otro. Yo creo que
hay algo muy complejo y dificil y terrible en la gente como yo: los que
no quieren curarse y demandan ayuda: ayudame pues no quiero que me
ayuden. Actualmente todo me es dificil e inextricable. Siento que me
transportaron de la selva a la ciudad. De los dioses implacables (pero
dioses al fin pues yo los hacia) a los hombres, los projimos, los de
aqui. Resultado: ni sueno ni realidad. Releo lo escrito y lo envio
antes de romperlo. Hasta la suya con un abrazo para los tres,
Alejandra
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Carta N.” 12 [24]
Querido Leon Ostrov, gracias, coino siempre, por sus palabras.
Cuanto a las que mencionan la posibilidad de un nuevo psicoanalisis,
aun no, aun no puedo, aun no quiero, y aunque lo quisiera, alguien en
mi no lo quiere. Usted comprende, ^verdad?
La fecha de la probable partida, la fecha anual, mi primer ano en
Paris, paso imperceptible. En verdad, Paris es el pretexto, el lugar de
ensayo, solo por ver si puedo vivir, aprender a vivir. Me quedo. Las
dificultades aumentan. Son materiales ahora. Mejor dicho, la antigua
imposibilidad, mi vocation de intocada se concreta en las experiencias
de cada dia. Tension a toda hora. La cuestion de siempre: destruction
o creation, si y no. Me repito la frase aquella que lei hace mucho: « Le
seul remede contre la folie c’est 1’ innocence des iaits». Felizmente no
ha muerto el humor y no deja de divertirme mi vida cotidiana en la que
mi torpeza actua y transforma todo en un viejo filmde Chaplin. As! es
como me resist! durante lnuchos meses a lavarme la ropa (me compraba
cosas nuevas) lo que me impidio suicidarme porque que poeta se
dejaria manosear sus valijas de muerto si hay en ellas ropa no lavada.
Pero luego establecl premios para mi particular beneficio: un libro,
alguna reproduction. Felizmente descubrl cierto jabon en polvo que
contiene juguetes en el fondo de cada caja. Es verdad que en Paris hay
todo para todos.
Mi nuevo trabajo es por ahora lacil y llevadero. Algunas cartas y
un poco de correction de estilo (a veces). Como la revista es
esencialmente politica (made in USA) y como yo execro esas
cuestiones, trato de no hablar alii de literatura ni de poesia.
Me dice usted que no le hablo de mis poemas. Es curioso pero hace
tiempo que no deseo comentarlos ni mostrarlos ni publicarlos. De
pronto me di cuenta de lo que es la poesia, quiero decir, leyendo y
releyendo poetas muy distintos send cierto ritmo, cierta iluminacion,
cierta vivencia distinta del lenguaje. Mis ultimos poemas son lo mejor
que hice. (Y que hice). Pero no me contentan. Confieso tener miedo. Se
68
que soy poeta y que hare poemas verdaderos, importantes,
insustituibles, me preparo, me dirijo, me consumo y me destruyo. Es mi
fin. Y no obstante corro peligro. Tal vez si me encerraran y me
torturaran y me obligaran mediante horribles suplicios a escribir dos
poemas maravillosos por dia, los haria. Estoy segura de ello. Tal vez
yo no busco un maestro, busco un verdugo. Tambien esto estoy segura
que lo comprende.
Y hablando de mi vocacion de objeto sigo dandome en holocausto
a la sombra de la Madre. Mi pasion por esa periodista persiste. La
encontre por azar varias veces. Un ser casi despreciable, que no sabe
nada ni comprende nada de las cosas serias e importantes. Pero nada
mas facil que desechar su realidad molesta, de desnudarla en mi
memoria y vestirla del color de mis deseos. Pero ^quien hablara del
amor? No yo. Yo amo. Y cuanto mas comprendo su inexistencia y su
condition de fantasma, mas la amo concretamente.
Veo a la gente de siempre mas algunas relaciones nuevas: Alicia
Penalba, la escultora argentina (que aqui es rnuy famosa) y Andre
Pieyre de Mandiargues, el escritor surrealista. Pero en verdad estoy
sola pues ninguno me es imprescindible y hablo y saludo y realizo mi
comedia social para no perder todo contacto humano. Pero tal vez es
ya tarde para reanudar las relaciones simples y ladles, el placer de
conversar, de estrechar manos. Solo me reconozco en mi nostalgia.
En verdad, muchas cosas dejaron de importarme. Y me alegro. Que
me roben las maletas y yo pueda viajar con las manos libres.
^Y que se puede analizar? Anduve haciendo algunos relatos
obsceno-humoristicos. En uno hice el amor con mi madre. En otro me
torturaban y yo gozaba. Despues de escribirlos me send feliz «hereux
comme un petit enfant candide». Y es siempre la misma voz: tu sabes
mas de lo que sabes.
Hasta la proxima. Abrazos para los tres,
Alejandra
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Mi direction es como siempre la del Consulado Argentino.
En verdad, en lo que se refiere a los poemas, he tratado de hacerle
una pequena sorpresa pues existe la posibilidad de que publiquen
algunos en una revista francesa. Espero que se realice.
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Carta N.” 13 1
[25]
Querido Leon Ostrov:
Gracias por su carta. Apenas la recibi le escribi yo una que rompi,
naturalmente, pues la hice de noche y la relei por la manana. De manera
que ahora le escribo a media tarde, para que no entren en lo que le digo
las que soy por la manana o por la noche.
Ahora las cosas brillan extranarrente, y no hay mas el cielo ausente
de siempre. Leve melancolia de ver la llegada del verano. Hay algo que
expulsa, como una violation de parte del sol. No se aun si partire
durante mis vacaciones (tengo un mes como toda empleada ortodoxa):
me faltan deseos y sobre todo dinero. Como soy convencional me digo
que hay que salir y viajar y conocer pero me gustaria quedarme y
trabajar. Escribo poco, ni siquiera un diario como lo hacia hasta ahora.
No tengo que anotar. En verdad quisiera escribir una novela, una
novela clasica de ser posible. Pero no es posible porque no participo
de la vida como los demas. De manera que aunque lo quisiera no sera
posible. Solo puedo decir lo que ve alguien que rrrira el mundo desde
debajo de una alcantarilla. (Y yo se que ve, que ve mucho, que es una
manera de ver como cualquier otra).
Anduve enferma: el corazon, la tension, etc. Resultado: debo llevar
una vida controlada y ordenada sin instantes paradisiacos
proporcionados por el alcohol y ciertas pastillas que me hacian feliz
(es una historia larga). Pero los poemas actual es son sin duda alguna
mejores que todo lo que hice. Creo que ha salido algo en el N.° 8 de
POESIA=POESIA que no le envio porque no tengo un solo ejemplar.
Me han publicado tres poemas traducidos en una revista de poetas
jovenes (Le chien depicque) creo que acompanados de un dibujo mio
tambien pero tampoco la vi aun. Y a fin de mes saldran otros en Lettres
Nouvelles (dirigida por Maurice Nadeau) en el numero especial
dedicado a la literatura hispanoamericana. No obstante me siento
desdichada con estas cosas. Y tambien con el ultimo pedido de
71
Murena solicitandome poemas para Sur y Nation. Quisiera rogar que
no me molestasen hasta que no haga poemas buenos. Lo de ahora es
tan provisorio, tan absolutamente alejado de lo que yo considero
verdadera poesla. Y al mismo tiempo hay temor de no publicar. En fin.
Historia antigua.
Acabo de conseguir un hermoso estudio en 1’ avenue de 1’ Opera
que me entregaran dentro de una semana. Hasta ahora estuve viviendo
una bohemia absoluta en el departamento en ruinas que le describl en
mi primera carta —pues tuve que retomar a el por razones financieras y
por ellas mismas tuve que compartirlo con otras dos ninas. Pero ya
estoy cansada de tanto surrealismo trasnochado, suciedad, desorden, y
afioro notablemente el mundo de las sabanas limpias y los cajones y
los horarios. Espero sentirme bien en mi nueva morada.
Sigo trabajando cuatro horas en Cuadernos. Angustiada un poco
de trabajar en una revista «reaccionaria» politicamente y tener que
justificarlo ante mis amigos marxistas y fidelistas que por supuesto no
trabajan en ningun lado. Anduve tan temerosa de complicaciones
politicas que en un momento dado pense dejar todo y retomarme chez
moi. Hasta que renacio el humor y me rei de mi como corresponde.
Mi madre envia cartas melancolicas. Me dejan culpable, criminal.
Apenas no le escribo durante un mes que mi hermana envia mensajes
tragicos preguntando por que hago sufrir tanto a mama. Esta temura
trasnochada, este amor subito, me maniatan. Quieren enviarme dinero
(hace como ocho meses que dependo de mi —!—) y yo no quiero, o si
quiero pero no quiero caer en lo de siempre. Lo de ahora es muy duro,
no porque tenga que vivir sola y arreglarmelas sola sino porque
muchas cosas que yo crei que era no soy y muchas cosas que yo crei
que podia hacer no puedo. Quiero decir que me reconozco torpe y
limitada como todo el mundo y no el genio precoz a que estaba
(« estabamos») habituada. Este esfixerzo de hacer mi pequena vida, de
realizarlo de la misma manera en que hacen los otros inplica una suerte
de renunciamiento a algo labuloso. De todos modos hay dos caminos:
persistir la pequena contemplada por las sombras o contemplar a mi
72
vez sin pensar en ella ni en su fragilidad horrible. Es como ir por la
calle y no ver y sentirse mirada, entonces hay un miedo de reina
timida, un terror. Pero aqui, a veces, en lo mejor de mi misma, soy yo la
que mira a los otros y a las cosas. Entonces no hay miedo.
En fin. Trabajo mucho. Acabo de aceptar un pequeno trabajo para
las ediciones Larousse, para poder pagar mi hermoso fiituro estudio.
Veo a la gente de siempre y creo, —espero— que los amores fimtasmas
se han ido lentamente.
Apenas tenga ejemplares de las revistas se las enviare.
Hasta la proxima, entonces, y espero que se realice cuanto antes su
deseo de reencontrarse con su Paris.
Abrazos para usted, Aglae y Andrea,
Alejandra
73
Carta N." 14
Querido Leon Ostrov:
Le escribo desde Capri, en un cafe rodeado de barcas dentro de un
mar solo azul y bajo un cielo muy puro. Estuve tres dias en Roma —
siguiendo su consejo— y me enamore de sus calles. Y me prometi
volver por mas tiempo. Ahora estoy en Capri —es mi primer dia— y me
siento descontenta... El mes pasado anduve tan cansada que no tuve
fuerzas para elegir un lugar donde pasar mis vacaciones (1 mes).
Siguiendo el consejo de mi prima, estudiante de medicina, he venido a
Capri por el Club Mediterranee, una suerte de agencia de viajes con
ciertas influencias de los campamentos israelies pues en vez de hotel
hay cabanas y los integrantes de cada contingente se manifiestan
sumamente deseosos de hacer una vida comunitaria. Yo, mas cansada
que nueva, y sin poder hablar con nadie, como hablar con estos
jovenes que me recuerdan mi adolescencia idiota. Lo cierto es que
estoy absolutamente exilada de la sociedad y recien ahora compruebo
que no es una expresion vacia de sentido. Simplemente no tengo de
que hablar con ellos, no hay nada en comun. Pero soy yo la que
comprende, soy yo la que sabe. Esto es tan dificil de decir. Pero
ademas no quiero hablar. Con nadie. Quiero ver claro en mi.
Ando con deseos de volver a mi casa (a Bs. As.). Razones de salud.
Cada dia me siento mas cansada, mas enferma (nada mas que vertigos y
iatiga). Me gustaria ir a descansar unos meses. Pero al lado de Paris o
de Roma, que hare en una ciudad tan fea como Bs. Aires. Pero no se
vive en las calles. En fin, no se como soportare este mes de Capri no
solo por los imbeciles del club sino por las horribles playas. Otra
cosa que me disgusta es el paisaje al estilo de las tarjetas postales
clasicas. No hay duda, el surrealismo me hizo dano... No se si le dije
que me publicaron poemas en la N. R. y en Lettres Nouvelles. En
fin, estoy cansada y sufro de insomnio.
Lamento esta carta sin humor, sin nada. Estoy carente de fiierzas
para mas. Ademas, ahora me angustia esta mezcla de frances, italiano y
74
espanol que uso para la vida diaria. Hablar varios idiomas es no
hablar ninguno. No en vano Rimbaud dejo la poesia e inmediatamente
se dedico a los idiomas. Asi yo ahora, negandome a hablar el espanol
aun con los que lo saben. Hace como dos meses que no escribo
poemas. Creo «conveniente» volver a descansar y a escribir.
Me gustaria decirle mas. He mirado tanto y pensado y observado
tanto estos dias. Pero tal vez lo escriba, tal vez un cuento, una cronica
sobre mi descubrimiento de lo idiota que puede ser la gente, que es. Y
no obstante estoy triste por ello, por darme cuenta, yo si y ellos no. Si
sabiendo lo que se no escribo poemas hermosos... En fin, conflictos
de alguien sin vida personal.
Le escribire de nuevo, desde aqui o en cuanto llegue. «Perdon por
la tristeza». Abrazos para los tres,
Alejandra
75
Carta N.° 15
Paris, 3 de octubre de 1961.
Querido Leon Ostrov:
Espero que no haya recibido mi carta de Capri en la que le decia
cuanto no me gustaba el sitio, la gente, todo... La verdad es que a la
semana me enamore de la isla, de la gente, de todo, y averigue que
posibilidades habia de quedarme a vivir en ella varios anos. Lo mismo
me pasa con Roma. Tengo muchos deseos de irme a esta ciudad, por
mucho tiempo, porque creo que es preciso sufrir y andar mucho en una
ciudad como Roma, como Paris, y por todo esto aqui estoy, nostalgica
de Italia, tratando de ordenar y reanudar mi existencia parisina. He
perdido definitivamente mi horroroso departamento de Saint-Michel
(llegue a medianoche con las valijas y lo encontre ocupado) y ahora
vivo en una chambre de bonne —sin agua, sin calelaccion— al lado de
Saint-Germain y Rue du Bac. Lo que me parecia una enfermedad sin
nombre, una lenta agonia de origenes desconocidos es una vulgar
maladie du foie,resultado demis excesos baquicos. Ami de cuidarmey
protegerme ahora: lo dificil, como quererse, como guardarse y no
hacerse dano. Estoy extranada y confosa. Capri es una suerte de
paraiso de la homosexualidad. He visto rostros maravillosos, he
jugado el terrible juego de las miradas sin desenlace (yo en un cafe y
una rnujer misteriosa que se acerca y se sienta en la mesa de al lado y
no hace mas que mirarme; esto duraba horas; levantarme y sentir que
me sigue, pero mirarla de nuevo y ver que no es la de recien sino otra,
unanueva, et c’est toujours laseule,—ou c’est le seul moment. No es
que yo exija nada, pero me pregunto si hay derecho de jugar de esta
man era para nada, si hay derecho a jugar de esta man era con algo tan
serio como la mirada). He vuelto confosa a causa de esto y veo que en
el piano erotico sigo inmersa en un mundo de fantasmas y de
inexistencias, que no hay que tocar o abrazar. Felizmente, a mi vuelta
me encontre con mi amigo Roberto Juarroz, que llego con una beca de
la Universidad. Largas charlas sobre la poesia, el espiritu, la muerte...
76
todo esto me recupera, me aleja del peligro, me recuerda, me recobra.
Recibi una carta de la revista Mito —segun mi experiencia en lecturas
latinoamericanas es la mejor revista— donde me dicen de publicar mi
diario (creo que le hable de el en la carta anterior). Si hay algo en lo
que creo es en este diario: hablo de su calidad literaria, de su lenguaje.
Es infinitamente mejor que todos mis poemas. Cuanto a mis poemas me
siguen angustiando...
Comenzare manana unos cursos de historia del arte, en el Louvre.
Quisiera seguir otros estudios mas serios, mas intensos, pero no se
aun, lo quisiera para poder alguna vez ganarme la vida sin tener que
escribir a maquina en horribles oficinas, pero me espanta este miedo al
fiituro, y creo mejor hacer lo que tengo ganas, es decir, leer mucho y
conocer y escribir, sola y solitaria.
Mi femilia anda contenta de mi y tranquila —segun la
correspondencia. Ahora que llego Roberto J. se me hace mas amable la
imagen de Buenos Aires, pero de volver no se ha pensado.
He conocido a una muchacha que usted conoce: Chichita Singer,
que lo recuerda con mucho afecto.
Aqui todos hablan de la bomba atomica y de la venida del final de
los finales. Como hacer, despues, para despenarse en la hoja en bianco
y pelear con las palabras. Me pregunto quien me da fuerzas, quien me
hunde en el silencio lantasma de las palabras.
Espero recibir pronto noticias suyas.
Abrazos para los tres,
Alejandra
9, Rue de Luynes
Paris 7e
77
Carta N.° 16
Paris, 10 de enero de 1962.
Querido Leon Ostrov:
Le envio unas rapidas lineas en madrugada para decirle de mi
afecto y de mi amistad de siempre. Me seria muy dificil explicarle mi
prolongado silencio, pero es como sienpre, o tal vez no, pero me gusta
cada vez menos escribir para contar mis desdichas. No obstante, como
la perpetua felicidad se demora le escribo igual.
No le envio el «diario» publicado porque la revista tarda en
aparecer. Todo es tan lento, todo depende tanto de las voluntades
ajenas que es preciso respirar bien y tenderse como «el yoghi a la
sombra de la higuera». Me tradujeron mis poemas al aleman y saldran
—segun me anuncian— en la revista Akzente, la mas inportante de
Berlin. Tambien me tradujeron al arabe y saldre en una revista de
Beyrouth. Esto se lo cuento sonriendo porque me divierte pasar por
«poetisa intemacional». Pero tengo ganas de publicar mucho, de ser
tan iamosa que por ello me den una pieza con agua y calefaccion,
porque el inviemo es cruel y mi piecita inenarrable y mi tarea en la
revista mas fetigosa que nunca. Cuanto a volver hago vagos proyectos
pero no tengo muchos deseos: quisiera ir por unos meses solamente lo
cual no es posible por razones financieras. La nostalgia de la « madre»
patria decrece notablemente y tal vez por eso me siento mal, como el
que interrunpe bruscamente una droga, el que se desintoxica de una
manera brutal. ^Como vivir sin nostalgia, como vivir sin angustias,
sin sufrir? Pero estoy lejos de preguntar esto de una manera absoluta.
He visto al matrimonio Kogan —ambos profesores en la Facultad y
muy encantadores. Con ellos y otros amigos comimos en un restaurant
judio de la fascinante Rue de Rosiers. El resultado liie un violento
ataque de sionismo que me duro una semana. En esos dias lei un
articulo de Victoria Ocampo sobre el proceso Eichman. Me conmovio
tanto que le mande poemas a Murena. Es asi como pronto —segun me
78
anuncian— publicare en Sur.
La situation politica de aqui es horrenda. Bombas y politias por
todas partes. He tornado sanas medidas: no leer mas los diarios. De
manera que leo a mi Gongora de siempre y hago poemas y trabajo y
publico en revistas «reaccionarias» y solo sueno con una vida a lo
Balzac. Mi rebeldia consiste en desear que se mueran todos pero que
yo consiga una buena pieza y pueda «tomar mi taza de te».
Ando bastante mal de salud. Renuncie absolutamente al cafe, al
alcohol y casi al tabaco. Tengo vertigos y desfallecimientos. No se si
es fisico, metafisico o patafisico. Pero tengo una fatiga inenarrable. A
los 25 anos puedo decir: «Cansada de la edad...». ^Es esto la adultez
que llega definitivamente? No se, no comprendo nada. Pero es bueno
leer y doblemente bueno escribir. (Hace tiempo que deseo preguntarle
si conoce a Georges Bataille). Le envio una foto: las ojeras senalan e
indican el proceso de monstruificacion por el que pasa toda poetisa
que se respeta en Paris. La pequena foto de la izquierda me representa
montada en el centauro de Versailles.
Bueno, le escribire pronto. Abrazos para los tres de
Alejandra
9, Rue de Luynes
Paris 7e
79
Carta N.° 17
Paris, 3 de abril de 1962.
Querido Leon Ostrov:
Me pregunto si habra recibido mi ultima carta. Yo hace mucho
tiempo que no tengo noticias suyas y me gustaria tenerlas. En estos
ultimos dias pienso mucho en Argentina, con suma inquietud,
naturalmente. Los diarios de aqui ofrecen una imagen caotica de la
situation argentina y le auguran un cercano futuro espantoso. Espero
—aunque es infentil decirlo— que usted este bien como siempre y que
en nada le peijudiquen los acontecimientos extemos.
Lo que es a mi me perjudican doblemente. La Argentina, mejor
dicho, mi casa, mi lamilia, es como un telon de fondo en mi vida
parisina. Algo de color gris y mas bien desagradable pero que no
obstante garantiza y es signo de alguna protection —material,
digamos. Como aqui se espera una revolution o guerra civil o un
gobiemo iascista, me limitaba a decirme que cuando suceda me vuelvo
a mi «hogar». Pero ahora tampoco aquello es seguro, que digo,
aquello lo es mucho menos que esto. De ahi mi mala salud de ahora:
vertigos y palpitaciones. Mvir sola no es nada. Recien ahora empieza
la soledad verdadera: sin seguridades ni garantias. Por ello ando con
miedos, triste y desorientada.
No se si le hable de mi libro de poemas que pensaba publicar en
Mexico: Apariciones y silencios. Pues bien, Murena me ofrecio
publicarlo en Sur. Escribi a Mexico pidiendoles el libro y lo mande a
Sur. Me pregunto si con los acontecimientos politicos su publication
sera posible. ^Me lo dira usted, por tavor? De todos modos me dejo
llevarporuna vieja superstition que usted yaconoce: sufrir cuando el
libro esta por entrar a la imprenta o ya en ella, sufrir y temer lo peor,
como si con ello mi libro ganara meritos, se hara acreedor de elogios
que, en el caso contrario, no arribaran a mi.
No se si sabe que vino Olga Orozco. Me encontro « cambiada», lo
80
que me alegro mucho. Yo crei que su visita iba a ser fundamental en mi
vida pero no es asi. La quiero mucho pero ya no me produce ese
antiguo fervor ni esa exaltation vacia y sin objeto. Cada vez me es mas
dificil el acceso a ese estado casi mistico, de alienation total, en el que
yo y mis fantasmas haciamos verdaderas orgias de evasion. Si cierro
los ojos no tengo adonde huir. Por eso estoy tan triste: tal vez las
fantasias absurdas de mi adolescencia y los amores inventados eran
los que me conducian a la «realidad». Ahora hay como ausencias
palpables en donde hubo presencias invisibles. Pero es muy dificil
hablar de esto.
He conseguido, al fin, un «estudio» comme il faut. Despues de la
piecita fria y miserable en donde pase el inviemo mas duro de mi vida,
heme aqui en otra muy amplia y muy limpia, en la que es menos penoso
arreglarselas sola para quien es como yo torpe y absolutamente
desordenada. No obstante, desde que llegue me siento mal —vahidos,
palpitaciones— porque despues de todo yo ya estaba acostumbrada a
la otra y ahora es un nuevo recomenzar: cama distinta, otros reflejos en
lanoche, espejos en lugares que no esperaba... Proust lo «sabia».
Mi trabajo en Cuadernos continua siendo fastidioso y fatigoso.
Ahora trabajo de 9 a 12.30 hs. Objetivamente no es mucho tiempo
pero vuelvo tan cansada que debo dormir. Con todo mi respeto por el
psicoanalisis me atrevo a no estar de acuerdo sobre la importancia de
« ganarse la vida» una misma. Creo que me la ganaria mas quedandome
dormida hasta muy tarde y recibiendo dinero sin tener que escribir a
maquina doscientas direcciones por dia. Pero tampoco es posible
hacer solamente poemas. En cambio si es posible pintar todo el dia o
escribir novelas. Tal vez el mito del poeta que sufre, cuyos «unicos
instruments son la humiliation y la angustia» viene de esta
imposibilidad de hallar un ritmo de creation, una continuidad, un
hacer dia a dia. Es posible que si mi trabajo fiiera mas interesante yo
no me quejaria.
Me gustaria mucho tener noticias suyas.
Un abrazo entonces y otros para Aglae y Andrea,
81
Alejandra
30, Rue Saint-Sulpice
Paris 6e
82
Carta N.° 18
29 de junio de 1962.
Querido Leon Ostrov:
Recibi sus dos cartas hace ya mucho tiempo. Y me hubiera gustado
contestarle enseguida si hubiera sido posible hacerlo oralmente, pero
no podia escribir.
No deseo dejar de comunicarle que he iniciado un leve tratarrriento
con una psiquiatra. Ha sido por azar, si existe. Como Chichita Singer
se trato varios meses con esta doctora obteniendo resultados que a mi
me parecieron maravillosos decidi hacer lo mismo. Es mas: send que
no podia no hacer lo mismo. Estoy, pues, convulsa, contraida,
temerosa, con toda la extension de mi sentimiento de abandonada
frente a mi, recreando viejos horrores y no sabiendo, como siempre,
que hacer con tanta confusion. En verdad no espero nada, ni siquiera
resultados maravillosos. Solo quisiera comprender, ver claro o no
claro pero ver algo de esto que no me deja. La expresion «nostalgia
matema» no me ayuda. Tampoco yo me ayudo. Vieja cuestion: ^puede
alguien ayudarme? Naturalmente, deseo saber que piensa de lo que le
cuento.
Mi diario ya ha sido publicado por Mito (revista colombiana). No
tengo ejemplares para mandarle. Su director, Jorge Gaitan Duran,
murio el sabado en un accidente de avion. Habia venido a Paris por un
mes y nos hicimos muy amigos. Proyectaba hacer una edition muy
hermosa de mi diario «completo». Por supuesto que ya no se hara.
Pero yo sigo escribiendo mi diario que ya deja de serlo pues es casi
un largo y absurdo poema en prosa. Novedades de mi libro en Sur no
tengo. Pero escribo bastante y leo mas que antes. Como mis finanzas
van atrozmente mal le acabo de hacer un reportaje a Marguerite Duras
que me dejo contenta pues nuestro encuentro file opuesto al que tuve
con Simone de Beauvoir, es decir, que fue interesante y las dos
simpatizamos enseguida. Ademas, comenzare a hacer un poco de critica
83
poeticapara Cuadernos. A1 diablo las ideologias. No estoy dispuesta
a morirme de hambre en homenaje a los intelectuales de izquierda.
Aparte de eso, envejezco y no tengo ganas de volver a Buenos
Aires. Me lleno de galicismos y pierdo mi sentido del humor—como
lo demuestra esta cartita. No obstante me siento aun adolescente pero
por fin cansada de jugar al personaje alejandrino. De todos modos no
hay ante quien jugar, a quien escandalizar, a quien conformar, «pero
me gusta la vida como siempre, ya lo decia...».
Me gustaria saber si piensa venirse por aqui, como lo desea, segun
me dijo. Seria realmente maravilloso conversar en Paris.
Bueno, espero que me recuerde siempre. Y que me escriba.
Un abrazo entonces, y otros para Aglae y Andrea,
Alejandra
30, Rue Saint-Sulpice
Paris, 6e
84
Carta N.° 19
Paris, 21 de septiembre de 1962.
Querido Leon Ostrov:
Gracias por su carta y felicitaciones a usted y a Aglae por el
heredero(a) que se aproxima. Supongo que a pesar de las revoluciones
y conflictos se la pasara pensando en el nombre que han de darle. A1
menos es lo que yo haria porque para quien ama (o le duele) el
lenguaje, un nombre es muy importante. Me imagino lo contenta que
estara Andrea a la espera de su futuro, a, companero, a, de juegos.
Hace muy pocos dias que volvi de Saint-Tropez en donde estuve
« descansando» tres semanas en la villa que la Dra. Lauret posee frente
al mar. Mas que el mar y el sol y la piscina y el whisky y la gente con
la que me encontraba (Italo Calvino, Marguerite Duras) y la que veia
pasar con fervor (Picasso), me exaltaba una pequena motocicleta
celeste que los duenos de casa pusieron a mi disposition. Como no me
sucedio ningun accidente, por que, son cuestiones que me hacen creer
en la existencia de algo a modo de destino. La Dra. Lauret, como ya le
dije, es mi psiquiatra. Tambien hacepsicoanalisis —o hacia, no lo se.
Lo que hago con ella es una psicoterapia de conversation (usted
me perdonara mis errores o inexactitudes en este terreno pues ignoro
las nomenclaturas). No se si me ha ayudado hasta ahora, no se si me
podra ayudar. Mi unica metamorfosis (notable segun mis amigos) es
hasta ahora fisica, corporal. Mi cuerpo se ha estilizado, cambiado muy
favorablemente y, lo que es asombroso, mis manos no son las de antes:
su delicadeza actual me da miedo. En St. Tropez cat en la temida
transference, asi porque si, porque un gesto, una mirada, una manera
especial que tuvo de mirar unas pequenas flores recien nacidas. Inutil
decirle mi estado «mistico» de ahora, mi infiemo, mi ausencia, mi
sufrimiento, mi fragilidad. Tan segura y endurecida que me creia
despues de estos dos anos de soledad parisina... Nada de eso, ahora.
Ahora ya no estoy sola sino perseguida por la imagen de ella («et
85
c’est toujours la meme, et c’est le seul instant». Si tiene a mano el
soneto «Artemis» de Nerval lealo en mi honor, la primera estrofa le
dira mas que esta carta).
Me dijo ayer la doctora, cuando le hable de su carta, que si usted
desea escribirle —acerca de mi, naturalmente— ella estara encantada.
Es esta su direccion:
Mme. le Dr. Claire Lauret
7, Rue de Chaillot
Paris 16e
Aunque supongo que usted escribe perfectamente en frances le
advierto que Mme. Lauret comprende muy bien el espanol.
En fin, si es posible susurrar plegarias, si hay a quien pedir, yo
ruego que esta sea mi ultima «transferencia», mi ultimo amor fantasma,
mi ultima imposibilidad. De lo contrario me transfbrmare en fiiente,
como decia Malte.
Naturalmente, a causa de este fervor nuevo y excesivo, escribo
muchisimo. Hice una especie de enorme poema en prosa—lo mejor que
escribi en mi vida. Lastima no tener luerzas para corregirlo ni para
pasarlo a maquina.
No se si le dije que el director de Mito, (donde publique mi
diario), Jorge Gaitan Duran, ha muerto en el accidente del avion
Boeing que se estrello en America Central. Nos habiamos hecho
amigos —tal vez mas que amigos. Tenia 35 anos, era muy bello e
hicimos antes de su partida, planes maravillosos y posibles que me
hubieran sacado de mi miseria. Su muerte me afecto enormemente. Le
doy la direccion d sMito:
Apartado Aereo 5899
Bogota D. E. —Colombia.
86
Puede usted decirles que necesita el numero 39-40 a causa del
homenaje a Borges que contiene. Yo, desgraciadamente, tengo un solo
ejemplar—queni sedondeesta.
Mi libro va a salir en SUR. Espero con ansiedad noticias referentes
ael.Medicen que el correo estaen huelga. ^Podria usted decirles, por
fevor, que demoren las huelgas y golpes de estado hasta que mi librito
este terminado?
Comparto su iascinacion por Rio de Janeiro. Estuve ocho horas y
aun tengo presente esos colores de jardin encantado, ese arcoiris
perpetuo e informe, ese gusto a fiesta cuando se mira el cielo. Pero
debe ser muy nocivo para los «trabajadores intelectuales». Mis
abrazos para los tres (o para los cuatro) y tal vez cuando esta carta
llegue sera para los cinco segun se demoran los correos,
Alejandra
Fini le Mexique cuanto a los reportajes. La revista se disolvio. Asi
va 1’Amerique Latine—hago notas extra para Cuadernos.
87
Carta N.° 20
3 de enero^\
Querido Leon Ostrov:
No solo feliz ano nuevo sino mi contento por la aparicion de
Pablo —muy bello nombre— que coincide con la aparicion de mi
librito Arbol de Diana (Sur) que Murena le enviara, si realiza mi
pedido (ayer recibi un ejemplar por avion). Digale a Andrea que leyo
el manifiesto surrealista con excesiva premura: no es al hermanito al
que hay que tirar a la basura sino, con habilidad y simpleza, como
quien no quiere la cosa, pegar al padre y a la madre una o dos veces
por mes. No obstante, se deben eximir del castigo a los padres que leen
poesia y que la aman. De man era que si se encuentra falta de objetos en
donde ejercitarse —como es su caso, creo— me ofrezco a prestarle o
alquilarle los mios.
La «transferencia» no molesta demasiado. Espero hablar muy
pronto en pasado de ella. Pero no se si el tratamiento me ayuda. Lo
que si escribo bastante. Casi diria que tengo un nuevo libro de
poemas —en verso y prosa.
Y ahora esto: perdi el empleo. Plan de austeridad de la revista (de
ayuno, mio). Buscare otro o me hare clocharde. Es un problema
desagradable en la medida en que no me interesa el dinero —y mi
consiguiente horror de pensar en el. De todos modos, leo y escribo. Al
menos eso es algo cierto. Ya le contare si consigo otro. Hay lejanas
probabilidades: tal vez alguna se concrete.
Mi madre me invita a pasear por Buenos Aires uno o dos meses.
Grandes miedos ante esta proposition deshonesta. Me gustaria verlo a
usted, a Olga, a unos poquisimos mas. No obstante, me da miedo ir, me
daclaustrofobia.
Lamento que todo este tan mal por alii. Ahora que llego Pablo,
^por que no se vienen a Paris? Creo que tanto a Pablo como a Andrea
les divertira ir al Louvre, a los cabarets de streap-tease y a la
Biblioteca Nacional, lugares sanos e instructivos. Tambien les
divertira el frio y la nieve (la semana pasada murieron 17 ancianos. De
frio, segun los diarios. Este dato es para Andrea, cuyo humor negro
presiento —y comparto). Y ahora lo dejo, para no seguir la ruta de los
17 ancianos. Supongo que para leer esta carta tendra que hervirla
previamente como hago yo ahora con mis dedos. Mundo frigido.
Habito una casa de 200 anos de edad y aseguro que la calefaccion de
otrora fue deficiente y frustradora. Pero al menos aprendo historia.
Digame que piensa de mi ya viejo librito. Otra cosa: sigo un
antiguo consejo que me dio: escribo cuentos humoristicos.
Hasta pronto, entonces, y abrazos para los cuatro de
Alejandra
89
Carta N.° 21 [28]
Sabado.
Querido Leon Ostrov:
Si los de lo oculto se decidieran de una vez a trabajar (tas de
faineants!) y comenzaran con algunos pequeiios milagros como ser,
por ejemplo, que el Dr. Sigmund Freud resucitara en una ciudad
llamada, curiosamente, Buenos Aires; y si el sabio y poeta tuviera
interes en mi persona, es seguro de que no podria hacer nada por mi
jamas habido talento oral.
No me lamento por carecer de eso que nunca tuve pero confieso
que anoche, en el Edelweiss , hubiese querido sobrepasar, unos
instantes, al viejo Bossuet, o, al menos, a Norah Lange, en materia de
elocuencia, a fin de decirte —entendi que me tuteaste cuando llegue
sin una gota de alcohol adentro— cuanto me emocionaron, cuanta
alegria me dieron, tus frases tan calidas, tan bellas, tan reconfortantes
—algo asi como un fiiego en la noche de inviemo («Un feu pour vivre
mieux»).
Gracias, entonces, y como no se decirlo de un modo mejor, te dejo
este poema. Es el primero —su torpeza lo atestigua— de una serie de
poemas en prosa escritos entre fines de octubre y mediados de enero —
en «estado segundo» y con una marmita boschiana en el lugar donde
los demas piensan. « Todo eso era presentimiento». El ultimo poema es
una endecha que evoca los ritmos de los cantos de mi raza. Y, horas
despues del punto final, mi padre moria —lejos de Buenos Aires—
ante el asombro del propio medico de el.
Todo esto, porque te interesan tan bondadosamente mis poemas,
creo que ahora comprendes el brusco cambio de extension, de
significaciones, de estructuras, etc., si bien sera mas comprensible a
medida que corrija y publique los que siguen a este, un tanto mas
hermosos y mas terribles, como es de esperar. Con todo, el ultimo —
90
muy extrano— describe a la pequena Alice de L. Carroll tomando el te
con Mme. Lamort. Entonces, es cierto que la muerte es una initiation
en el verdadero pais de la infancia.
Gracias de nuevo. Un abrazo, otro para Aglae y para los ninitos,
de
Alejandra
91
ALEJANDRA PIZARNIK (Buenos Aires, 29 de abril de 1936 - Ibid., 25
de septiembre de 1972) nacio en una iamilia de inmigrantes judios de
origen ruso y eslovaco. En 1954, tras el bachillerato, ingreso en la facultad
de filosofia y letras de la universidad de Buenos Aires, pero no acabo sus
estudios. Lectora empedemida desde muy joven, publico su primer libro,
titulado La tierra mas ajena, en 1955. Le siguieron La ultima inocencia
en 1956 y Las aventurasperdidas en 1958. Entre 1960 y 1964 se instalo
en Paris y ahi colaboro con distintas revistas y diarios. De esa epoca
procede su amistad con Julio Cortazar, Rosa Chacel y Octavio Paz, quien
prologo su cuarto poemario, titulado El arbol de Diana (1962).
En 1964 regreso a Buenos Aires y publico sus obras mas conocidas: Los
trabajos y las noches (1965), Extraction dela piedra de la locura (1968)
y El infierno musical (1971). Desde 1954 en adelante, Pizamik fue
redactando un diario que la acompano hasta los ultimos dias de su vida. En
1972, a la edad de treinta y seis anos, decidio morir en la misma ciudad
donde habia nacido.
92
Notas
93
^ Ivonne Bordelois, Correspondencia Pizarnik, Buenos Aires, Seix
Barral, 1998. «
94
[2] Alejandra Pizamik, Dos letras, Barcelona, March Ed., 2003
(Presentation de Carlota Caulfield).«
95
^ Leon Ostrov, «Recuerdo de Alejandra», La Nation, Suplemento
Cultural, 1983 (reproducido a continuation).«
96
Ivonne Bordelois, Correspondencia Pizarnik, op. cit., p. 47. «
[4]
97
^ Ines Malinow, «Juicios criticos», Poesia Argentina Contemporanea
Tomo I, \61umen Sexto, Buenos Aires, Fundacion Argentina para la Poesia,
1980,pp. 2834 y 2835. «
98
[6] ines Malinow, «Alejandra Pizamik secreta», La Gaceta t Suplemento
Literario, domingo 30 de noviembre de 1997, p. 4. «
99
[7] Ines Malinow, Alejandra secreta. Edition de la autora, Buenos Aires,
2002,p. 7.«
100
^ Patricia Venti, «E1 discurso autobiografico en la obra de Alejandra
Pizamik», Grafemas, Asociacion Intemacional de Literatura y Cultura
Femenina Hispanica, diciembre de 2007. «
101
^ Alejandra Pizaraik, Diarios (Edition a cargo de Ana Becciu),
Barcelona, Lumen, 2010, p. 40-41. «
102
Alejandra Pizamik, «Aproximaciones» (Poemas no recogidos en
libros), Poesia Completa (Edition a cargo de Ana Becciu), Barcelona,
Lumen, 2010,p. 309. «
103
^ ^ Alejandra se refiere al «combate en cierto modo suicida que cada uno
de nosotros mantiene con el lenguaje» en una carta dirigida a Antonio
Beneyto el 27 de noviembre de 1969 publicada en Corner 2, primavera de
1999, traducida al ingles por Carlota Caulfield y Angela McEwan. La re-
traduccion al Castellano es mia.«
104
Ana Becciu, «Introduction^ Alejandra Pizamik, Diarios, op. cit., p.
8 . «
105
Alejandra Pizamik, «El deseo de la palabra», Poesia Completa, op.
cit., p. 269. «
106
[14]
Publicado en La Nation, Suplemento Cultural, 1983.«
107
Carta despachada desde Mila Gesell el 13 de febrero, probablemente de
1955.«
108
Sin sobre y sin fecha. Podria tratarse de una carta entregada en mano,
ya que aparentemente file escrita mientras Alejandra estaba en tratamiento
con Ostrov. «
109
Carta despachada desde Paris el 4 dejunio de 1960.«
[17]
110
La carta no tiene fecha y no se conserva el sobre. Probablemente
corresponda acomienzos dejunio de 1960. «
111
i,Que diablos le preguntare? Lo unico que me gustaria saber —pues
las opiniones estan divididas— es si se acuesta o no con Sartre. «
112
Carta despachada desde Paris el 7 de septiembrede 1960. «
[ 20 ]
113
Carta despachada desde Paris el 16 de octubre de 1960.
Carta despachada desde Paris el 14 de noviembre de 1960.«
[ 22 ]
115
Carta despachada desde Paris el 22 de febrero de 1961. «
[23]
116
Carta despachada desde Paris el 4 de abril de 1961. «
[24]
117
Carta despachada desde Paris el 21 dejunio de 1961.«
[25]
118
Sin fecha y sin sobre, pero seguramente escrita entre julio y agosto de
1961. Nouvelle Revue Franqaise (Nota de la ed.) «
119
[27] De 1963. «
120
Esta carta fiie enviada desde Buenos Aires, y aunque el ano del
matasellos es ilegible, los datos contextuales permiten inferir que fiie
despachada el 21 de noviembre de 1966. Esta escrita sobre un apartado de
la revista Testigo N.° 3, de 1966, donde Alejandra publico «Noche
compartida en el recuerdo de una huida» (que mas tarde incluira en
Extraction de la piedra de la locura, Buenos Aires, Sudamericana, 1968).
A1 final del texto impreso, la autora escribe de puno y letra una fecha: 10 de
octubre de 1965, aparentemente la fecha en que escribio el poema alii
publicado. «
121
In dice
Cartas 3
Introduction, por Andrea Ostrov 6
Las cartas robadas 8
Cuerpo presente 10
Una sola lengua poetica 12
Poesla encamada 16
Ganarse la vida 20
Criterios de esta edition 22
Recuerdo de Alejandra, por Leon Ostrov 24
Cartas de Alejandra Pizarnik 26
Carta N.° 1 27
Carta N.° 2 30
Carta N.° 3 31
Respuesta de Leon Ostrov 3 3
Carta N.° 4 35
Carta N.° 5 39
Respuesta de Leon Ostrov 44
CartaN.°6 46
Respuesta de Leon Ostrov 50
Carta N.° 7 52
Respuesta de Leon Ostrov 54
122
Carta N.° 8
56
Carta N.° 9
57
Respuesta de Leon Ostrov
61
Carta N.° 10
63
Carta N.° 11
66
Carta N.° 12
68
Carta N.° 13
71
Carta N.° 14
74
Carta N.° 15
76
Carta N.° 16
78
Carta N.° 17
80
Carta N.° 18
83
Carta N.° 19
85
Carta N.° 20
88
Carta N.° 21
90
Autora
92
Notas
93
123